Ungido como la novena a derrotar desde antes de que se iniciara la temporada, la divisa rompió el ayuno de 108 años sin ganar la Serie Mundial y barrió conquistando todos los títulos del año.
Todo el mundo cita a Joe Maddon como el grande de los Cachorros de Chicago en este 2016, que está próximo a concluir, y desde luego, a su puñado de peloteros que dejaron una estela de grandeza indiscutible durante toda la temporada.
Pero nosotros no podemos echar en el cesto de la basura, lo que hizo el timonel desde la administración de la novena, Teo Epstein, el hombre que reconstruyó al club en menos de tres años, y los llevó a puerto seguro, para conquistar el título de la Serie Mundial.
Lo había hecho Epstein años atrás con los Medias Rojas de Boston, cuando los ‘’patirrojos’’ durante 86 años no alcanzaban la corona de la Cita de Otoño, pero haciendo llave desde los diamantes contra quien este año fue su contrincante en el Clásico de Octubre, el capataz Terry Francona, conduciendo al club a la conquista de dos Series Mundiales: 2004 y 2007.
En esta ocasión, esa combinación Epstein-Maddon fue la clave de la victoria para los sacrificados Cachorros, que en más de un siglo no pudo ganar la gran corona del béisbol de las Grandes Ligas.
Reconociendo a Epstein y Maddon como los arquitectos de la victoria de los Cachorros, hagamos un breve balance del equipo que, rompiendo todos los pronósticos cuando estaban abajo 1-3 en el clásico de fin de año, pudo acabar con maldiciones como la de la cabra Murphy y su dueño Billy Sianis, desde 1945; las supersticiones, como la del gato negro en la temporada de 1969, que inesperadamente se paseó frente al banco de juego, cuando desarrollaba una alentadora campaña y disputaba un partido clave frente a los Mets de Nueva York; las manos traviesas de sus aficionados, como las de Steve Bartman, en el 2003, quitándole la opción de fabricar un importante out a Moisés Alou, en la barda del bosque izquierdo en el encuentro contra los Marlins de la Florida; y todos los demás dimes y diretes contra la famosa y legendaria divisa de la Ciudad de los Vientos.
De la temporada
Los Cachorros venían de una temporada de 73 victorias contra 89 derrotas en el 2014, y terminaron la del 2015 con de 97-65, de manos del nuevo estratega, Joe Maddon, ganando el comodín frente a los Piratas de Pittsburgh, y cayendo ante los Mets de Nueva York, en la Serie por el Campeonato, luego de superar a los Cardenales de San Luis en la Serie Divisional.
Pero en el 2016, los Cachorros eran los inmensos favoritos para ganar todo en la Liga Nacional, y, con muy buenas opciones, la Serie Mundial. Y así ocurrió, pese a que estuvo en desventaja en la Cita de Otoño, frente a los sensacionales Indios de Cleveland, los campeones de la Liga Americana.
La campaña de los Cachorros fue espectacular. 17 ganados y 6 perdidos en abril; 19-9 en mayo; 15-13 en junio; 13-13 en julio, su peor actuación del año; 22-6 en agosto, la mejor marca de la temporada; y concluye septiembre con 16-11, para sumar otra victoria en octubre, compilando 103 victorias contra 58 derrotas, la mejor de las Grandes Ligas.
Gran batalla
Maddon sabía que frente a los Gigantes de San Francisco, sus opositores de turno en la Serie Divisional, tenía que asegurar para la batalla de la postemporada, su inalterable rotación abridora que, desde el comienzo, había anunciado.
Jon Lester para el primer juego; Kyle Hendricks para el segundo; Jake Arrieta, para el tercero y John Lackey para el cuarto. Ganó el primer desafío 1-0; triunfó en el segundo 5-2; perdió el tercero 6-5 en San Francisco; pero se impuso en el cuarto 6-5, también en San Francisco.
En la Serie por el Campeonato ante los Dodgers, conservó su rotación. Lester para el primero, ganando en casa 8-4, con el apoyo de aquél inolvidable tablazo de circuito completo del venezolano Miguel Montero, cuando las bases están congestionadas en el octavo y el tablero igualado a 3 carreras; Hendricks para el segundo, perdiendo en sensacional juego 1-0, también en Chicago, definido con un ‘’bambinazo’’ en el segundo capítulo del mexicano Adrián González; los Dodgers toman ventaja en su casa al ganar el tercero 6-0 ante Arrieta; igualan la serie a 2, con Lackey en la lomita, triunfando 10-2, en Los Ángeles; obtienen victoria en el quinto, 8-4 con Lester; y regresando a Chicago, triunfan en el sexto partido 5-0, con Hendricks en el montículo.
Los Cachorros entonces suman al uno, dos, tres, los pasos más importantes para llegar a la Serie Mundial, capturando el titulo de su división Central de la Liga Nacional; derrotando en la Serie Divisional a los Gigantes; y venciendo a los Dodgers en la gran final por el título del circuito.
Rival de turno
Terry Francona, el estratega de los Indios de Cleveland, frenó los ímpetus de los Medias Rojas de Boston, los favoritos para imponerse en las Serie Divisional, derrotando a su antiguo equipo con barrida en los tres primeros partidos, 5-4 en el primero con Trevor Bauer en la loma; 6-0 con Corey Kluber en el segundo, ambos en casa; y en el tercero, en el Fenway Park de Boston, 4-3 con Josh Tomlin como abridor.
En la Serie de Campeonato, los Indios se enfrentan a los Azulejos de Toronto, que venían de superar a los Vigilantes de Texas, triunfando en el primer juego 2-0 con Klubey en el montículo y en el segundo, 2-1 con Josh Tomlin en la loma, ambos juegos en Cleveland. En el tercero, en Toronto, ganan 4-2 con el trabajo de 7 lanzadores, cuando el abridor Tremor Bauer tuvo que abandonar la loma cuando apenas había laborado dos tercios de episodios, debido a una herida en el dedo meñique de su mano derecha.
En el cuarto, pierden con tablero de 6-1 con Kluber en la tarea de las serpentinas, rompiendo de esa manera con su rotación. La crítica contra Francona no se hace esperar por que lo hizo en contra de ‘’lo que aconseja el librito’’, que no existe pero al cual hay que hacerle caso.
En el quinto encuentro, también en el Roger Centre de Toronto, los Indios triunfan 3-0 abriendo con Ryan Merrit, para asegurar el título de la Liga.
La Serie Mundial
Indios, por la Americana, y Cachorros, por la Nacional, llegan a la disputa de la Serie Mundial, en donde los campeones del Viejo Circuito, son ligeramente favoritos porque la amenaza de la tribu estaba latente en todo momento. Y esa opción creció aún más, cuando tomaron ventaja en el clásico con 3 victorias frente a 1 derrota, estando contra la pared la novena de Joe Maddon.
Jugando los dos primeros partidos en el ‘’Progressive Field’’ de Cleveland, los Indios se fueron adelante con una victoria 6-0 con formidable trabajo de Corey Kluber en seis actos, permitiendo 4 inatrapables y abanicando a 9 rivales; con apoyo de Andrew Miller, en 2 episodios, y de Cody Allen, en el cierre.
En el segundo, Jake Arrieta, en trabajo de 5 y dos tercios de capítulos, con 2 indiscutibles aceptados, 6 ponches y una carrera, guió a los Cachorros al triunfo para igualar la final, al ganar 5-1.
En el mítico ‘’Wrigley Field’’, de Chicago, los Cachorros pierden los juegos tercero y cuarto, pero ganando el quinto, para regresar a Cleveland con parcial de dos ganados y tres perdidos.
Terry Francona se la juega al rescatar a su abridor Josh Tomlin en tarea de 4 y dos tercios, en el tercer compromiso, para asegurar la victoria 1-0 sumando la tercera en la final, trayendo al cerrador Andrew Miller en uno y un tercio, ganador del juego; Bryan Shaw, en uno y dos tercios; y cerró con Cody Allen, en uno y un tercio. La anotación ganadora fue producto de un imparable del emergente Coco Crisp frente a Carl Edward cuando Michael Martínez ocupada la tercera, quien pegó sencillo abriendo el séptimo, llegó a segunda por sacrificio; y avanzó a la ‘’esquina caliente’’ por mal lanzamiento del propio Edward.
Para el cuarto juego, Terry Francona quiebra otra vez su rotación al utilizar a su astro Corey Kluber, con apenas 3 días de descanso, pero las criticas amainan cuando los Indios triunfan 7-2, con ataque de 10 imparables, incluyendo cuadrangulares de Carlos Santana y Jason Kipnis.
Tres en línea
Como en muy contadas ocasiones ha ocurrido en las Series Mundiales, los Cachorros ganan los tres siguientes desafíos en línea, para capturar la corona de la Clásico de Octubre.
En el quinto partido, jugado en el ‘’Wrigley Field’’, los Cachorros se recuperan, al triunfar 3-2 en candente partido, con tres carreras en el cierre del cuarto, con cuadrangular de Kris Bryant, doblete de Anthony Rizzo; sencillos de Ben Zobrist y Addison Russell, y elevado de sacrificio del venezolano Miguel Montero, con formidable trabajo del zurdo Jon Lester, en seis capítulos, y la prolongada labor de cierre del cubano Aroldis Chapman, en dos episodios y dos tercios.
De regreso al ‘’Progressive Field’’, los Indios confiaban en que iban a liquidar la Serie Mundial en el sexto partido en su casa, y Terry Francona llevó a la loma de los sustos a Josh Tomlin frente a Jake Arrieta. Pero no fue así.
Tomlin aceptó 3 carreras en el primero, con ‘’bambinazo’’ de Kris Bryant, doblete de Addison Russell, sencillos de Anthony Rizzo y Ben Zobrist, y error del segunda base Jason Kipnis; otras 4 en la apertura del tercero; 3 de ellas para Tomlin, con un tablazo de circuito completo con la bases llenas de Addison Russel, frente a una oferta de Dan Otero, liquidaron el juego a favor de los Cachorros 9-3; mientras Arrieta maniataba la artillería de la tribu en 5 y dos tercios de actos, con 3 indiscutibles, incluyendo cuadrangular de Kipnis en el cierre del quinto, para dos anotaciones en su trabajo desde la loma.
Joe Maddon conserva su línea de juego con la excepción de los dos episodios de relevo largo del cubano Aroldis Chapman en el quinto partido y una exigencia con otro capítulo y un tercio en el sexto. Pero Francona había usado con poco descanso a su astro Kluber en la postemporada, por lo que de un momento a otro, podría resultar vapuleado, como en efecto ocurrió.
Corey Kluber es el abridor del séptimo por los Indios, y apenas soportó 4 actos en la loma, permitiendo 4 carreras con 2 cuadrangulares, un doble y 3 sencillos, dejando el juego perdido 4-2. Sin embargo, los Indios en un abrir y cerrar de ojos, empatan el partido a 6, cuando Rajai Davis despacha batazo de circuito completo frente a un envío de Aroldis Chapman, en el cierre del octavo, con un compañero en circulación. La fatiga de Chapman se hizo presente a esa altura del desafío final, al rescatar a Jon Lester, quien trabajó en 3 episodios, relevando éste al abridor Kyle Hendricks, quien estuvo sobre la loma 4 y dos tercios de actos.
La inobjetable victoria de los Cachorros llega abriendo el décimo, con par de carreras en las piernas de Albert Almora, quien entró como emergente por Kyle Schwarber, después de que despachara sencillo; avanza a la intermedia en pisa y corre, con profundo batazo de Kris Bryant; anota con doblete de Ben Zobrist, después de que Anthony Rizzo recibió la base intencional; Addison Russell va caminando a la inicial, y el veterano David Ross conecta inatrapable para impulsar a Rizzo.
Con dos outs colgados en la pizarra, Carl Edward, el cuarto lanzador de los Cachorros, otorga base por bolas a Brandon Guyer, avanza a la intermedia por indiferencia defensiva, y otra vez, Rajai Davis pega imparable para producir la séptima de los Indios en las piernas de Guyer; pero Mike Montgomery es llamado a la loma para encargarse de Michael Martínez, quien sale con batazo a la tercera y es out en la inicial, en una final sencillamente dramática.
Cuando Anthony Rizzo recibió la pelota y colgó el último out de la última entrada de ese cierre del décimo episodio, los Cachorros de Chicago arrasaron con todo en la temporada del 2016; acabaron con las maldiciones, supersticiones y las manos traviesas de sus propios aficionados, y se convirtió en el quinto equipo en la historia de las Grandes Ligas en ganar la Serie Mundial después de estar perdiendo 3-1 en el Clásico de Octubre.
Los otras cuatro novenas en recuperarse en el Clásico de Otoño después de estar perdiendo la gran final 3-1, han sido los Piratas de Pittsburgh en 1925 frente a los Senadores de Washington; los Yanquis de Nueva York frente a los Bravos en ese entonces de Milwaukee, en 1958; los Tigres de Detroit ante los Cardenales de San Luis, en 1968; otra vez los Piratas en esta ocasión contra los Orioles de Baltimore, en 1979; y, finalmente, los Reales de Kansas City frente a los Cardenales de San Luis, en 1985.
La temporada del béisbol de las Grandes Ligas de este 2016 dejó grato sabor entre los aficionados de casi todas las novenas, pero por encima de todo, una frenética alegría entre los aficionados de Chicago que, ¡por fin!, vieron ganar a sus Cachorros la corona de la Serie Mundial, que por última vez había capturado en 1908, tras siete fracasados intentos en conquistarla.
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PS: Por vacaciones del autor de estas notas de béisbol, nuestros amables lectores tendrán descanso hasta la segunda semana de enero venidero.