WASHINGTON – Siempre atado a sus tradiciones, el béisbol aceptó los partidos interliga, el wild card e incluso la revisión de jugadas por video en los 20 últimos años.
Ahora, una campaña que cuenta con el respaldo del Congreso estadounidense y el comisionado Bud Selig busca eliminar una parte de la cultura del béisbol desde hace más de 150 años: masticar tabaco en el terreno.
Grupos que abogan por la salud han ganado adeptos con un argumento clásico: cuando los peloteros mastican tabaco, dan un mal ejemplo a los niños que los admiran.
A lo que el jardinero de los Cerveceros de Milwaukee, Mark Kotsay, respondió: “He visto al presidente (Barack Obama) tomarse una cerveza, ¿verdad? No sé, no entiendo tantas reglas”.
El problema, según los grupos anti-tabaco, es el aumento en el uso de productos de tabaco sin humo entre los jóvenes, y los riesgos de salud que conlleva ese hábito.
El Centro para Control de Enfermedades de Estados Unidos señala que el tabaco masticable puede ocasionar cáncer, problemas de salud oral y adicción a la nicotina, y enfatiza que no es una alternativa saludable a fumar. A pesar de los riesgos, la más reciente encuesta del centro señala que, en 2009, el 15% de los niños de escuela secundaria habían utilizado tabaco masticable, un aumento de 4% comparado con 2003.
El convenio laboral de Grandes Ligas expira en diciembre y Selig, quien favoreció la prohibición en marzo, ha dicho que propondrá su inclusión en el nuevo contrato. El jefe de la unión de peloteros, Michael Weiner, dijo el junio que habrá un “esfuerzo sincero” por atender el asunto. Ninguna de las partes quiso comentar sobre la situación de la prohibición al tabaco en las negociaciones.
“Creo que será difícil convencernos”, dijo Kotsay, un usuario de tabaco.
De todas formas, Grandes Ligas está tan empeñada en erradicar el tabaco del deporte que le pidió a Sony Pictures que eliminara escenas en las que se mostraba su uso en la película “Moneyball”, aunque el estudio rehusó hacerlo.
En la nueva película, Brad Pitt interpreta al gerente general de los Atléticos, Billy Beane, e incorpora algunos de sus hábitos, incluyendo masticar tabaco.
“Se me hizo fácil”, dijo Pitt esta semana a los periodistas. “Crecí masticando tabaco”.
El vocero de Grandes Ligas, Pat Courtney, dijo que el estudio aceptó muchas de las sugerencias de Grandes Ligas en el filme, pero decidió mantener el uso de tabaco por parte de Beane por un asunto de autenticidad.
Los grupos que promueven la salud pidieron que se prohiba a los jugadores utilizar tabaco cada vez que pueden ser enfocados por las cámaras, incluyendo el terreno y la cueva. Varios miembros del Congreso estadounidense también favorecen la prohibición, que ya aplica en las ligas menores que no tienen sindicatos.
Algunos jugadores creen que la propuesta del comisionado es una afrenta a sus libertades.
“Somos adultos”, señaló el pitcher Jake Peavy, de los Medias Blancas. “Debemos tomar nuestras propias decisiones. Soy un adulto, pago mi hipoteca, puedo tomar mis propias decisiones”.
“¿Qué será lo próximo?”, cuestionó su compañero Adam Dunn, un usuario de tabaco. “¿Van a prohibir el azúcar? Creo que es una decisión personal. No lo estoy promoviendo y sé que los niños nos admiran. Pero creo que somos adultos”.
El grupo Campaña para Niños sin Tabaco, una de las principales organizaciones que piden la prohibición, señaló que los peloteros tienen una responsabilidad social.
“Los peloteros son ejemplos para los jóvenes que no entienden el riesgo, y no entienden el poder de la adicción”, dijo el presidente del grupo, Matthew Myers. “Los peloteros pueden hacer los que quieran cuando no están en el estadio, cuando no están en nuestros televisores. Nuestra preocupación es que su comportamiento afecte a otra generación de niños”.
Los jugadores mastican tabaco desde los primeros días del deporte a mediados de los 1800, cuando masticar las hojas era una especie de pasatiempo nacional. Algunos cálculos señalan que el estadounidense promedio masticaba más de un kilo de tabaco al año.
El novelista inglés Charles Dickens, al escribir sobre una gira por Estados Unidos en 1842, se burló de Washington como “la capital de la saliva manchada de tabaco”.
“El tabaco es un estimulante, te ayuda a estar alerta, ayuda a mantener la boca húmeda”, señaló Roberta Newman, una profesora de la Universidad de Nueva York que ha estudiado la historia del tabaco en el béisbol.
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