Por: Luis Aníbal MedranoS.
BRONX, NEW YORK, EEUU.- Decenas de miles de personas, en su mayoría dominicanas o de origen dominicano, se congregaron el pasado domingo 27 de julio para la celebración de la Gran Parada Dominicana en su edición 25 y de paso olvidar los grandes y acuciantes problemas que aqueja a esa comunidad en la denominada Gran Manzana.
La actividad que se caracterizó por un alto grado de desorganización donde los políticos, faranduleros y comerciantes buscaban afanosamente la forma de sobresalir y lograr la mejor de la visibilidad.
Decenas de carrozas comerciales, políticas, religiosas, así como medios de comunicación e instituciones públicas y privadas dominicanas y americanas, desfilaron por la avenida Grand Concourse del Bronx, partiendo de Burnside Ave. Hasta la 167Th. St.
La actividad matizada en principio por un incidente entre el presidente de la actividad, Felipe Febles, con algunos comunicadores sociales que le realizaron algunas preguntas de índoles económicos en relación a la administración de los recursos de dicho evento y que consideró ofensivas y mal intencionadas pero negándose a responder dichos cuestionamientos.
Reconocidos artistas dominicanos participaron en diversas carrozas de empresas privadas que desfilaron en la actividad y algunos de ellos se le vieron en franco simulacros de la interpretación, haciendo uso del famoso doblaje.
El escenario sirvió a políticos locales aspirantes a diferentes cargos electivos para promover sus aspiraciones unos con mayor presencia que otros, aunque fue notoria la ausencia de los partidos políticos dominicanos que accionan aquí los cuales no estuvieron representaciones a los que algunos adjudican a la lucha de supremacía que se vive en todas y cada una de esas organizaciones.
Uno de los puntos brillantes fue el comportamiento idóneo de la policía neoyorquina que durante la casi cinco horas del desfile mantuvo el orden, lo que se certifica con la no ocurrencia de ningún tipo de incidente que empañara la actividad.La parte religiosa no se quedo atrás, representantes de iglesias católicas y protestantes hicieron acto de presencia y desfilaron; los católicos con una gran imagen de La Virgen de La Altagracia y los protestantes con alabanza a Cristo Jesús.
Sin duda alguna, la actividad hizo que los dominicanos de origen y nacimiento así como otros ciudadanos que se sumaron a la actividad, gozaran hasta más no poder hasta entrada la noche, lo que permitió la reactivación económica momentánea de numerosos negocios de la zona que realizaron ventas extraordinarias.
Participantes en la Gran Parada del Bronx, al ser consultado, resaltaron la importancia de la actividad y abogaron para que la comunidad dominicana haga conciencia en la necesidad de unidad para lograr conquistas que solo en forma mancomunada se pueden lograr.