El pelotero dominicano, al conectar su imparable 3.000 en las Grandes Ligas, empieza a esculpir su nicho en el Salón de la Fama.
Por Antonio Andraus Burgos
‘’Qué será, será, será lo que debe ser; la vida te lo dirá,
Eso dice la letra de una de las inolvidables canciones de mitad del pasado siglo. Y eso, exactamente, fue lo que le ocurrió a Adrián Beltré, el primer pelotero auténticamente dominicano, en llegar a la lista de los registros del béisbol de las Grandes Ligas, con 3.000 imparables.
Cuando nació, en Santo Domingo, aquél 7 de abril de 1969, nunca se imaginó que su camino, su fama y su gloria, y, sin duda alguna, su inmortalidad que llegará más adelante, vendrían de la mano de jugar béisbol, ese deporte que como fiebre y verdolaga de playa, se practica en todos los rincones de la República Dominicana.
El domingo 30 de julio de 2017, luciendo el uniforme de los Vigilantes de Texas, en el parque de pelota de Arlington, Beltré conectó un batazo entre el campo corto y la tercera, rumbo al bosque izquierdo, para estrellarse posteriormente sobre la barda, en un auténtico doblete, su número 605 de su brillante carrera, sellando de esta manera su imparable número 3.000 en la Gran Carpa, para ingresar a la élite de los mejores bateadores de todos los tiempos en el Béisbol Organizado.
Coincidencialmente con un doble, el inmortal y sensacional Roberto Clemente, el ídolo de Puerto Rico y del mundo del béisbol latinoamericano, también rubricó su presencia en las Grandes Ligas, aquella tarde del 30 de septiembre de 1972, cuando se despidió del béisbol con ese batazo que le selló su pasaporte como el primer pelotero latino en llegar a los 3.000 inatrapables en las Grandes Ligas.
Un camino hecho a pulso
La vida es la vida, y siempre será lo que debe ser, no hay duda de ello. Y eso confirma la letra de la canción.
Quienes recuerdan a Adrián de muchacho, pasando de campo en campo, practicando el béisbol, lo evocan como el niño que quería ser pelotero y que se entregaba de lleno en aprender cada día más del juego que le ha dado todo en esta vida.
Pensar que cuando debutó, aquél 24 de junio de 1998, lo hizo también con un batazo de dos esquinas, sobre el bosque izquierdo, en esa ocasión luciendo el uniforme de los Dodgers de Los Ángeles, equipo con el que había firmado dentro del Béisbol Organizado, conectándolo en el diamante del Dodgers Stadium, de Los Ángeles.
Pero su primer cuadrangular de los 454 que tiene en su tarjeta, Beltré lo consiguió en el estadio de los Vigilantes, el 30 de junio de 1998, cuyo parque de pelota para entonces, se conocía como ‘’ The Ballpark’’ de Arlington, hoy después de remodelado hace una década, se le conoce como el ‘’The Globe Life Park’’, en donde logró la hazaña de los 3.000 indiscutibles.
Hecho a pulso, Beltré supo desde cuando por primera vez jugó un partido de béisbol, cuando apenas tenía 8 años, que si pensaba en llegar a la Gran Carpa, el sacrificio, la disciplina, el trabajo arduo, harían parte del menú diario de una tarea que sería infatigable en sus próximos 20 o 25 años de vida deportiva.
A sus 38 años de edad, Adrián llega a la cúspide de su carrera con los 3.000 imparables, pero si se mantiene con salud, algo que al comenzar la presente temporada no estuvo de su lado, pues más de la mitad de la temporada permaneció en la lista de lesionados, podría pensar en otras cosas que le aseguren indiscutiblemente, un nicho en el Salón de la Fama.
Entre los grandes
En más de un siglo del Béisbol Organizado, apenas 31 peloteros han alcanzado la cifra de los 3.000 inatrapables, y apenas 2, de los cientos de miles de jugadores que han pasado por la Gran Carpa, han cruzado la raya de los 4.000 indiscutibles: Pete Rose y Ty Cobb.
Pero Beltré es el primer nativo de República Dominicana, la pequeña isla caribeña que cuenta con dos extraordinarias figuras de las serpentinas, como lo son Juan Marichal y Pedro Martínez, con la ciudadanía de Cooperstown, en conseguir la mágica cifra de los 3.000 indiscutibles.
Si hay algo que admirar en Beltré, es su forma de actuar dentro y fuera de los diamantes. Es un constante animador en el banco de juego; es un consejero para los peloteros que llegan a la Gran Carpa; es un trabajador infatigable, casi que empedernido por la tarea diaria; es un ejemplo de esposo y padre; y es un luchador que nunca desentona hablando de béisbol.
Adrián se codea con tres inmortales del béisbol, como lo son Hank Aaron, Stan Musial y Carl Yastrzemski, con quienes comparte el honor de ser el cuarto jugador en la historia de las Mayores en conseguir 3.000 o más imparables en su carrera; 600 o más batazos de dos esquinas, por ahora suma 605; y de contabilizar 450 o más batazos de circuito completo, en donde él suma por el momento, 454 ‘’bambinazos’’, con actuación hasta este 30 de julio del año en curso.
Del primero al último
Nadie se acuerda de Cap Anson, el primer jugador de las Mayores en compilar 3.000 o más inatrapables en el béisbol de la crema y nata. Anson fue el hombre que abrió la cuenta para el mágico número de indiscutibles despachados, culminando su brillante carrera con 3.011 imparables, entre los años de 1876 y 1897, y el 3.000 alcanzado el 18 de julio de 1897.
Pero en el intermedio de las estadísticas, dos valiosos jugadores, como lo fueron Honus Wagner y Nap Lajoie, también acumularon 3.000 o más batazos despachados a terrenos de nadie; Wagner con 3.415, y Lajoie con 3.242, pero ambos llegaron al mágico número de 3.000 en 1914; Wagner el 9 de junio y Lajoie el 27 de septiembre.
Pete Rose el hombre con más incogibles conectados en toda la prolongada historia del béisbol de las Grandes Ligas, con 4.256, llegó al registro de los 3.000 el 5 de mayo de 1978; y Ty Cobb, otro grande con el bate, quien es el segundo en tener más de 4.000 indiscutibles, compilando 4.191 inatrapables en su larga carrera, sumó el batazo a terrenos de nadie número 3.000, el 19 de agosto de 1921.
Adrián Beltré inició la temporada de este año con 2.942 inatrapables en su tarjeta, y estuvo por fuera de las alineaciones en más de 50 desafíos de su novena, debido a quebrantos de salud. Pero hoy día es el último, por el momento, en llegar a los 3.000 indiscutibles, a los cuales podrá sumar unos cuantos más, antes de que concluya la presente campaña.
Y en la mira el dominicano tiene a Al Kaline, quien suma 3.007; a Wade Boggs, con 3.010; a Rafael Palmeiro, con 3.020; a Lou Brock, con 3.023 y a Rod Carew, con 3.053, a quienes podría superar antes del 30 de septiembre venidero, cuando termine la temporada del 2017.
No tenemos en cuenta por el momento al japonés Ichiro Suzuki, quien está activo con los Marlins de Miami, porque hasta la fecha de esta nota, suma 3.030 indiscutibles conectados, pero como es obvio suponer, esa cifra la puede seguir elevando antes de que se retire del béisbol.
Los latinos
Beltré debutó en las Grandes Ligas el 24 de junio de 1998, luciendo el uniforme de los Dodgers, novena con la que estuvo vinculado hasta el 2004. Luego pasó a los Marineros de Seattle en donde actuó desde el 2005 hasta el 2009. En el 2010, jugó para los Medias Rojas de Boston. Y desde el 2011 hasta la fecha, está defendiendo el uniforme de los Vigilantes de Texas. Y es el quinto latinoamericano en conseguir 3.000 o más imparables en la Gran Carpa.
El primer pelotero latino en llegar a los 3.000 imparables, lo fue el inmortal Roberto Clemente, de Puerto Rico, con un doble despachado el 30 de septiembre de 1972. Ni uno más ni uno menos con el uniforme de los Piratas de Pittsburgh. Ya tiene su nicho en Cooperstown.
El segundo latino en lograr la hazaña, lo fue el panameño Rod Carew, la estrella de los Mellizos de Minnesota, quien consiguió un gran total de 3.053, pero el 3.000 lo obtuvo el 4 de agosto de 1985. Ya es miembro del Salón de la Fama.
El tercero lo fue el cubano Rafael Palmeiro, quien sumó 3.020, conectando el 3.000 el 15 de julio de 2005. Pero su nombre, por el momento, ha sido descartado para llegar al Salón de la Fama, debido al uso de estimulantes prohibidos en el béisbol.
Y el cuarto lo fue Alex Rodríguez, el controvertido pelotero dominicano-norteamericano, quien compiló 3.115 indiscutibles, alcanzando el número 3.000 el 19 de junio de 2015. Alex tampoco tiene el camino despejado para encontrar un nicho en Cooperstown por las mismas razones que Palmeiro.
Y, finalmente, el nativo de Santo Domingo, el auténtico dominicano, Adrián Beltré, cuya brillante carrera en las Grandes Ligas lejos de cualquiera duda, le permitirá conseguir la ciudadanía de Cooperstown más temprano que tarde, en los años venideros.
Si le sumamos a Adrián Beltré además de los 3.000 inatrapables, sus cinco guantes de oro, sus cuatro bates de plata, su aparición en cuatro Juegos de Estrellas; su doblete frente a la oferta del zurdo Wade Miley, de los Orioles de Baltimore en ese cuarto episodio de este domingo 30 de julio de 2017, ante 32.437 espectadores y la prolongada ovación de 3 minutos y 36 segundos para celebrar la hazaña de este humilde dominicano, tenemos que señalar que lo único que le hace falta a su brillante carrera deportiva es un anillo de Serie Mundial que le ha sido esquivo después de dos décadas en el béisbol de las Grandes Ligas.