Los Cascabeles fueron presa fácil en la Serie Divisional frente a los Dodgers, pero los Nacionales lucharon hasta el último momento por derrotar a sus rivales, los Cachorros.
Por Antonio Andraus Burgos
Por algo, los Dodgers de Los Angeles fue la mejor novena de la temporada del béisbol de las Grandes Ligas de este 2017, con sus 104 victorias y apenas 58 derrotas.
Y por algo, los Cachorros de Chicago vuelven, por tercera ocasión consecutiva a la postemporada, pese a que fue, en términos generales, la de guarismos menos contundentes dentro de la campaña regular y de todos los equipos clasificados ganadores de sus respectivos banderines, en ese vaivén de nunca acabar que tuvo de principio a fin, incluyendo la fase de la serie divisional frente a los poderosos Nacionales de Washington.
Pero lo cierto de todo es que tanto los Cachorros como los Dodgers partieron con buen margen de opinión para llegar a la gran final del Viejo Circuito.
Los Dodgers no sorprendieron a nadie por su ritmo endemoniado de juego que impusieron, pero en cambio a los Cachorros les costó un precio muy alto llegar hasta donde llegaron, debido a la presión impuesta por los Cerveceros de Milwaukee, que desarrollaron una extraordinaria campaña, y una final de sensación de los Cardenales de San Luis, que mantuvieron en vilo a los seguidores de las tres novenas en las cuatro últimas semanas del calendario regular.
La barrida de los Cascabeles
Los Cascabeles de Arizona tuvieron que enfrentarse en el juego de ‘’vida o muerte’’ con los Rockies de Colorado para poder llegar a la postemporada, y para conseguir esa valiosa victoria, utilizaron al mejor de su cuerpo de lanzadores, como lo es Zach Greinke, por lo que, horas más tarde, ya no contaban con él para verse las caras con los Dodgers que, en tres juegos de dominio absoluto, los barrieron para eliminarlos en la serie divisional y llegar a la disputa del título de la liga.
En este caso, valga la pena señalar, los mejores bateadores de Arizona fueron totalmente silenciados por los serpentineros de Los Ángeles, bateando apenas para 189, y aun cuando despacharon 7 cuadrangulares, 4 más que sus rivales, lo hicieron cuando había pocas posibilidades de remolcar carreras, pues con los 7 ‘’bambinazos’’ apenas produjeron 10 carreras, contra 18 de los Dodgers, con apenas 3 jonrones, pero a cambio de esa poca producción de largo metraje, lograron 4 dobletes y 2 triples, batazos que contribuyeron enormemente a la producción de rayitas, para consolidar un promedio ofensivo de 298, algo sencillamente espectacular.
Ventaja en todo
En el béisbol, como siempre se ha dicho, todo cuenta, y los Dodgers fueron oportunos en remolcar sus carreras para ganar los tres partidos en línea, con pizarras de 9 carreras por 5; 8 a 5; y 3 a 1, éste último, en casa de los Cascabeles.
De tal manera que los Dodgers, están con días extras de descanso que, en algunas ocasiones sirven de mucho y en otras, no tanto.
El astro zurdo Clayton Kershaw, y los japoneses derechos Kenta Maeda y Yu Darvish, fueron los ganadores de los partidos, cuya rotación mostró una tarjeta de 4.11 de efectividad contra 9.58 de sus rivales.
Así las cosas, bateadores como A.J Pollock, tuvo 111 a la ofensiva; Paul Goldschmidt, 091 y David Peralta, 077, de cuya debacle se salvaron, el refuerzo de mitad de año, J.D. Martínez, con 364 a la ofensiva; el dominicano Ketel Marte y Daniel Descalso, ambos con 333.
En los Dodgers lucieron Justin Turner, con un formidable 462, con cuadrangular y 5 remolcadas; el controvertido cubano Yasiel Puig, con 455, con un doblete y un triple, y 4 empujadas; Logan Forsythe, con 444; la sensación del receptor suplente Austin Barnes, con 500 de promedio; y Corey Seager, con 273.
Batalla de los campeones
Mirando por entre las ventanas, muchos hoy se atreven a decir que la batalla que ofrecieron los Nacionales de Washington frente a los Cachorros de Chicago en la serie divisional, eleva la jerarquía de los actuales campeones de la Liga Nacional y de la Serie Mundial, que por cierto, de manera consecutiva han llegado a la tercera disputa de la postemporada.
Y los ensalsan, porque consideran que la novena de Joe Maddon está para mejores cosas, partiendo de la base de que no ha bateado lo que se esperaba y que muchos de sus mejores peloteros, no han respondido en los momentos difíciles, y sin embargo, ganaron la serie divisional.
Fueron cinco sensacionales, pero sensacionales partidos de principio a fin, en donde lastimosamente, el cuerpo de lanzadores de Dusty Baker se quemó en medio de la batalla, quedando sin ‘’gasolina’’ para esta etapa tan exigente como la serie divisional.
Mejor y no ganaron
Los Nacionales batearon para 186 contra 180 de los Cachorros; en la pizarra de Washington se compilaron media docena de ‘’bambinazos’’ contra apenas dos de sus rivales, que poco sirvieron para una gran diferencia a la hora de recoger los bates, pues los lanzadores de los monarcas de la división Este mostraron una tarjeta con 2.22 carreras limpias por juego contra 1.69 de la divisa de Chicago, club que pese a que sus relevistas estuvieron por debajo de lo normal, señalando 6.75 de efectividad contra 3.45 de los Nacionales, se las arreglaron para ganar 2 de 3 partidos.
Súmenle que Bryce Harper y Daniel Murphy, dos de los mejores a la ofensiva, se quedaron en apenas en 4 imparables en 19 turnos, para 211 de promedio cada uno, empujando entre los dos 5 carreras; mientras que Michael Turner, con par de cuadrangulares y promedio de 333, remolcó 8 carreras de las conseguidas por su club.
Mientras tanto, Anthony Rendón, bateó para 176; Jayson Werth, para 167; Ryan Zimmerman, para 150; Trea Turner para 143 y con otro 143 el receptor Matt Wieters, todos bateadores cotizados, estuvieron ausentes en los momentos más propicios para producir. ¡Así, quién puede ganar!
Y los Cachorros, pese al bache a la ofensiva de hombres como Jason Heyward, con 167 al bate; Anthony Rizzo, Kyle Schwarber y Krist Bryan, con apenas 200 de promedio, pero Rizzo impulsando media docena de carreras; el venezolano Wilson Contreras, con 214 y Adisson Russell, con 222, pero remolcando 4 rayitas, vieron como se crecieron en los momentos oportunos Albert Almora Jr., con 333; Jason Jay, con 273, y Ben Zobrist, con 235.
Kyle Hendricks fue el único abridor que ganó uno de los tres partidos frente a los Nacionales, porque las otras dos victorias, correspondieron a Brian Duensing y Carl Edwards Jr., en plan de relevistas; mientras que sobresalieron en la rotación, el colombiano José Quintana, en su apertura de 5.2 actos, a quien no le fabricaron carrera limpia, para 0.00 de efectividad; y Jon Lester, en 6 actos, le hicieron una limpia, para 1.50 de efectividad.
Por los Nacionales, Stephen Strasburg fue el hombre del brazo de oro, con uno ganado y uno perdido; con 14 actos trabajados sin permitir carreras, para 0.00 de efectividad; Gio González, 8 episodios con 6 carreras limpias, para 6.75 de efectividad; y Max Scherzer, el otro abridor, en 6.1 de episodios, una carrera limpia, para 1.42. Todo lo demás fue por cuenta y riesgo de los relevistas.
Digamos en otras palabras, los Cachorros jugaron béisbol; los Nacionales jugaron a la pelota, con cualquier cantidad de indecisiones y errores —7 en total contra 5 de Chicago —, que los hicieron blanco fácil de sus rivales en los momentos cruciales.
La gran final
En Los Ángeles todo está listo para que empieza hoy sábado 14 de octubre, la fiesta con el primer juego por el Campeonato de la Liga Nacional, entre los Cachorros de Chicago y los Dodgers de Los Ángeles.
En la campaña regular de este 2017, los Dodgers superaron a los Cachorros en 4 de los 6 encuentros del calendario, pero como siempre se ha dicho, una cosa es la temporada y otra muy distinta, es la postemporada, en donde todo puede pasar.
Joe Maddon cree que los Cachorros están para mejores cosas y que para ser el mejor, hay que ganarle a los que siempre ganan más, y en este caso concreto, se refiere a las 104 victorias de los Dodgers contra apenas 58 derrotas, superior al registro de su novena que sumó 92 victorias y 70 derrotas.
Nadie puede olvidar en estos momentos que para los Dodgers les ha llegado la hora del desquite a lo que ocurrió el año pasado en la serie de campeonato frente a los Cachorros, en donde salieron con ventaja en la disputa de 2 ganados y 1 perdido, pero finalmente cayeron en 6 juegos, cuando perdieron tres de manera consecutiva.
El astro zurdo Clayton Kershaw está anunciado por el estratega de los Dodgers, Dave Roberts, para hacerse cargo de la lomita en el primer desafío, que se empezará a disputarse a las 8 de la noche hoy, hora del Este de los Estados Unidos.
Para el segundo, los Dodgers señalan a Rich Hill para abrir. Para el tercero, el japonés Yu Darvish. Y para el cuarto, Alex Wood.
Mientras tanto, Joe Maddon se devana la cabeza pensando en cómo armar su rotación, cuyos brazos a tenido que utilizar en todo momento, para llegar a esta gran final. John Lackey y el colombiano José Quintana son los menos maltratados; no así Jon Lester y Kyle Hendricks, este último, seguramente lo tendrá para el primer juego en Chicago el martes próximo; y a Jake Arrieta le busca posición para que haga su trabajo.
Los partidos uno y dos, en Los Ángeles, este sábado 14 y domingo 15. Los juegos tres, cuatro y cinco, este último si es necesario, en el Wrigley Field, de Chicago, los días martes, miércoles y jueves próximos. Y si se necesitan los partidos seis y siete, luego de otro día de descanso, se retornará a Los Ángeles para jugar sábado y domingo venideros.
La ventaja sobre el papel es para los Dodgers cuyo comportamiento ha sido sencillamente espectacular este año, pero lo bueno empieza con el primer desafío frente a los Cachorros.
Para pensar en la Serie Mundial, los muchachos de Dave Roberts deben vencer en cuatro de los siete partidos, a los pupilos de Joe Maddon, club que se crece en esta época del béisbol de otoño.
En nuestra particular opinión, los Dodgers por contar con una nómina más efectiva desde el montículo para la rotación, es nuestro favorito. Pero los Cachorros pueden darnos un tapabocas al final de la serie.