Los Astros de Houston y los Dodgers de Los Ángeles, dos de los tres clubes con 100 o más victorias en este 2017, se enfrentan para disputar, desde este martes 24 de octubre, la codiciada corona del béisbol de las Grandes Ligas.
Por Antomio Andraus Burgos
Dicen los que saben, que los Indios de Cleveland no debieron quedar por fuera en la lucha por el Campeonato de la Liga Americana. Pero quedaron por fuera … fueron los Yanquis de Nueva York los finalistas, siendo la novena ganadora de la tarjeta del Comodín, al derrotar en el juego de ‘’vida o muerte’’ a los Mellizos de Minnesota.
Y dicen los expertos, que la Serie Mundial, versión 2017, será una lucha de titanes, dada la estela de gran béisbol que tanto los Astros de Houston, en la Liga Americana; como los Dodgers de Los Ángeles, en la Liga Nacional, exhibieron durante la temporada de este año.
La Serie Mundial comienza a disputarse este martes 24 de octubre en el ‘’Dodgers Stadium’’ de Los Ángeles, dándole a los Dodgers la ventaja de ser equipo de casa en los dos primeros desafíos, como consecuencia de haber sido la novena con mayor número de juegos ganados en la campaña, cambiándose lo que se venía aplicando desde una década atrás, en el sentido de que la Cita de Otoño se iniciaba en el parque de pelota del equipo de la liga que ganara el Juego de Estrellas.
Nadie sabe a ciencia cierta que tanto tiene de ribetes de gran final beisbolera éste Clásico de Octubre, en consideración a que por primera vez en la historia, Astros y Dodgers llegan a la máxima instancia en la Gran Carpa. Pero lo que si está más que seguro, es que se trata del enfrentamiento de dos novenas con 100 o más victorias dentro de la jornada regular que, por octava vez con ésta, en la centenaria historia de las Series Mundiales, se presenta en la gran final. Son, ni más ni menos, que 205 triunfos sumadas las actuaciones de los finalistas: 104 de los Dodgers y 101 de los Astros.
La última vez que dos equipos de las Grandes Ligas con 100 o más triunfos llegaron a la Serie Mundial, para no hacernos extensos en la cita histórica de esta clase de eventos, fue en el Clásico de Otoño de 1970, cuando los Rojos de Cincinnati, de la Liga Nacional, jugaron frente a los Orioles de Baltimore, de la Liga Americana. El triunfo de la gran final fue para los Orioles de 4 victorias frente a 1 derrota.
Amigos de verdad
Una cosa es los juegos que se desarrollan sobre los diamantes, en medio del calor y la enjundia de los peloteros, y otra muy distinta por cierto, la amistad entre los propios jugadores y quienes los dirigen.
En esta ocasión, tanto A.J. Hinch, el estratega de los Astros, como Dave Roberts, el capataz de los Dodgers, son amigos de verdad, que trasegaron juntos dentro de la organización de los Padres de San Diego, cultivando y una relación muy cercana y estrecha, no solo para los efectos de los conocimientos del béisbol, sino para mantenerse unidos con una amistad duradera y perdurable.
En enero de este año, Hinch y Roberts estuvieron sentados a manteles, en un desayuno que se prolongó por horas, hablando de lo que ellos saben, de béisbol; pero también algo de sus familias y de sus quehaceres cotidianos.
Los dos coincidieron en una pregunta antes de despedirse. ¿Qué tal que este año nos corresponda jugar entre los Astros y los Dodgers la Serie Mundial?
Quienes conocen de cerca la cita entre los dos técnicos, sostienen que terminaron con una prolongada sonrisa pero con el pálpito de que ello podría darse, dadas las condiciones de los clubes que iban a dirigir. Y ahora, estarán frente a frente, dirigiendo a sus muchachos en esta contienda del Clásico de Otoño.
Ambos estrategas parecen inclinarse por la filosofía de dejar a los peloteros hacer su juego, moldeándolos al estilo del técnico y su forma de juego, pero confiando en ellos como personas, como jugadores, como profesionales, y en ambos casos, los resultados no han podido ser mejores: las dos nóminas son en los actuales momentos de gran respeto de las otras organizaciones.
Mano a mano
Se vaticina, desde antes de que se inicie la Serie Mundial, que las dos novenas cuentan con los elementos necesarios para ofrecer un digno espectáculo y que las estrellas de ambos clubes, mostrarán por qué están en la Cita de Otoño.
Ver jugar a George Springer, a Alex Bregman, al venezolano José Altuve, al boricua Carlos Correa, al cubano Yuli Gurriel, a Brian McCann, al venezolano Marwin González, a Josh Reddick, y de vez en cuando, como bateador designado, cuando se juegue en campos de la Americana, al indiscutible Carlos Beltrán, de Puerto Rico, es algo de jerarquía.
Ni qué decir de Chris Taylor, Cody Bellinger, Justin Turner, el cubano Yasiel Puig, el boricua Quique Hernández, Austin Barnes, Charlie Culberson, Logan Forshyte, Chase Utley, Andre Ethier, Curtis Granderson, y esperándose que Corey Seager vuelva a la alineación como titular del campo corto de los Dodgers, quienes ofrecen una exhibición de lo que es jugar béisbol.
Los Dodgers han demostrado en la postemporada, con 7 ganados y 1 perdido, que la confianza que en ellos depositaron los críticos, se la acreditaron con la forma en que desde el comienzo, hicieron las cosas sobre los campos de juego, incluyendo cambios que se fueron produciendo en la medida de las necesidades de la propia nómina.
El japonés Yu Darvish, por ejemplo, llegó para reforzar la rotación, y Curtis Granderson para servir como punto de apoyo al grupo de guardabosques y con uso del bate, cuando agonizaba la fecha de los posibles cambios. Pero ya se habían producido un buen número de rotaciones en la nómina, especialmente en el grupo de los relevistas.
En cambio, en los Astros pocos cambios de fondo se produjeron dentro de la plantilla regular, porque desde el comienzo, la presencia del veterano receptor de los Bravos y de los Yanquis, Brian McCan; del bateador designado boricua Carlos Beltrán y de Josh Reddick, le dieron el sello de novena a derrotar, y luego, con el arribo del veterano lanzador Justin Verlander, el club se consolidó para lo que está viviendo hoy día con una euforia que no se vive en Houston y sus al rededores desde hace muchísimos años.
De la rotación
Hay que dejar bien claro que el uso del bateador designado sólo podrá aparecer en las alineaciones de tres juegos, si se efectúan todos los encuentros previstos en el Minute Maid Park, de Houston, con los partidos tres, cuatro y cinco, si éste último es necesario.
¿Y por qué? Simplemente por que en el ‘’Dodgers Stadium’’ ese jugador no podrá ser alineado porque se estará jugando en un estadio de la Liga Nacional, en donde la norma no existe. De tal manera que, para el caso, la ventaja es para los Dodgers que en cuatro posibles confrontaciones en su parque de pelota —los partidos uno y dos; seis y siete, si estos dos son necesarios—, no tienen por qué lidiar con la presencia del bateador designado, algo que hace parte del juego, aun cuando se diga que la igualdad no es ventaja para nadie.
La rotación para los partidos de la Serie Mundial, tal como ha sido concebida por cada uno de los estrategas, va camino a ser, sencillamente en verdaderos duelos de lanzadores, teniéndose en cuenta las estadísticas de los serpentineros en sus actuaciones dentro de los campeonatos de las dos ligas, pero que como ha ocurrido en muchas ocasiones, esos numeritos sirven para poco.
En el primer desafío, este martes 24 de octubre por la noche en Los Ángeles, con una temperatura que se pronostica sobre los 33 grados centígrados, como si se estuviese en época de pleno Verano, dos zurdos subirán a la loma de los sustos: Dallas Keuchel, por los Astros, con 1-1 y 3.09 de efectividad en 11.2 y 18 ponches propinados; y Clayton Kershaw, por los Dodgers, con 1-0 y 2.45 de efectividad, en 11 entradas y 9 abanicados.
Para el segundo compromiso, el veterano de mil batallas en la Gran Carpa, Justin Verlander, por los Astros, con 2-0 y 0.56 de carreras limpias permitidas en 16 entradas y 21 abanicados; y el zurdo Rich Hill, por los Dodgers, con 0-0 y 1.80 carreras limpias por juego, en tarea de 5 actos y 8 ponches propinados, el miércoles 25 por la noche.
El jueves 26 es de descanso para ambas novenas, cuando se trasladan a Houston para los siguientes tres juegos, si son necesarios.
El viernes 27, por los Dodgers hará uso de la loma el japonés Yu Darvish, con 1-0 y 1.42 de efectividad, en 6.1 de episodios y 7 abanicados; mientras que los Astros llevaran a Charlie Morton, con 1-1 y 7.27 de efectividad, con 8.2 de actos y 8 abanicados. Y todo hace presumir que para el cuarto encuentro, los Dodgers usaran a Alex Wood, quien no actuó en la serie por el Campeonato de la Liga Nacional; frente a Lance McCullers Jr., con registro de 0-0 y 0.90 carreras limpias por juego, en 10 episodios y 9 ponches, quien fuera el hombre del relevo de 4 largos episodios en el séptimo y último partido frente a los Yanquis.
Si se necesita el quinto juego, que también tendrá como escenario al parque de pelota de Houston, volverán a la lomita de los suspiros Kershaw, por los Dodgers y Keuchel, por los Astros. Y así sucesivamente.
En cuanto al grupo de los relevistas de los Astros, Collin McHug, Ken Giles, Luke Gregerson, Brad Peacock y Will Harris, entre otros, tienen la asignación más valiosa de todo lo bien que han trabajado este año: evitar carreras cuando el juego se está ganando en las últimas de cambio.
El cuerpo de relevistas de los Dodgers, encabezados por el fuerte brazo del curazaleño Kenley Jansen, con el apoyo del japonés Kenta Maeda, Brandon Morrow, Tony Watson y Toni Cingrani, pueden hacer la diferencia esperada para los episodios finales de los partidos cruciales.
Para la historia
Todo lo que hagan los Astros servirá para la historia de la novena, que está en busca de su primera corona de Serie Mundial tras 55 años de estar jugando en las Grandes Ligas, incluyendo su primera victoria en una Cita de Otoño, porque en el 2005, cuando llegó a la controversia por el codiciado trofeo por la Liga Nacional, a cuyo circuito perteneció hasta el año 2012, frente a los Medias Blancas de Chicago, que defendieron a la Liga Americana, fueron barridos en cuatro desafíos, uno detrás de otro.
Desde el 2013, los Astros juegan en la Liga Americana, en la división Oeste, y la experiencia ha sido por demás de buena, pese a que en el 2013, la novena compiló 111 derrotas, algo que nadie esperaba, en cuya nómina estaban apenas cuatro peloteros de la actual plantilla, como lo son Dallas Keuchel, José Altuve, Marwin González y Brad Peacok,
Los Dodgers, antes de Brooklyn y ahora de Los Ángeles, tiene la marca 6 coronas ganadas del Clásico de Octubre, frente a 10 derrotas en la gran cita de fin de año en las Grandes Ligas. La última vez que la conquistó fue en 1988, derrotando a los Atléticos de Oakland, en 4 de los 5 juegos que se efectuaron. Y desde ese año, los ‘’Esquivadores’’ no han vuelto a la Serie Mundial.
Han transcurrido 29 años desde entonces, y su resignada afición espera que el trofeo se quede entre sus manos, pero otra cosa piensan los Astros, que tienen las ansias de ganar más de un juego de la Serie Mundial y, desde luego, conquistar el gran título del béisbol de las Grandes Ligas.
Los ahora inspirados Astros están dispuestos a dar la gran sorpresa en el Clásico de Octubre, pero los Dodgers son ciertamente los favoritos, especialmente porque la serie puede prolongarse a los siete desafíos, en donde la localía en cuatro de los siete, es para Los Ángeles una aparente ventaja, algo que se confirmó en las dos series de los campeonatos de ambos circuitos: ninguna de las novenas perdió en su patio.