Los Tigres del Licey, ¡poder es poder!
por Antonio Andraus Burgos
Muchos descartaron que los Tigres del Licey, los campeones de la pelota profesional invernal de República Dominicana, después de la derrota frente a Venezuela 3 carreras por 2 en 12 capítulos, y luego, el inesperado y contundente y revés ante los Vaqueros de Montería, Colombia, 11 carreras por 1, porque ‘aparentemente’ no contaban con el poder suficiente para llegar al título de la 65a. versión de la Serie del Caribe, que se jugó en dos modernos estadios de béisbol en Caracas, Venezuela.
El escepticismo cundió por todos lados, pero el estratega José Offerman, el mismo que tomó las riendas de la novena cuando se hundía en el torneo invernal, con hoja de 4 ganados y 8 perdidos, en los 12 primeros compromisos de la competencia dominicana, mostraba tranquilidad, cuando confesó que ‘’si llegamos a la vuelta de los grandes, todavía nuestro poder estará intacto y daremos de qué hablar’’.
Sabía Offerman, a ciencia y paciencia, que tenía un grupo de peloteros dispuestos a no dejarse ‘manosear’ y a enderezar sus actuaciones sobre el campo, incluyendo esas ’marfiladas’ en jugadas que dieron ventaja en un par de juegos, sobre todo, cuando fueron cometidas por experimentados peloteros.
Claro que los Tigres del Licey siempre estuvieron marcados en las tarjetas de los entendidos, como una representación a la que había que derrotar, y que no se podía echar a un lado por el simple hecho de perder par de encuentros en la ronda clasificatoria. Eso hace parte del juego, especialmente, del béisbol.
Dado el formato de este torneo, con 8 novenas, porque Cuba y Curazao asistieron en plan de invitados especiales, la ronda eliminatoria eliminaba a 4 equipos y dejaba a 4 para la gran final, como efectivamente sucedió.
Clasificadas las novena de Colombia, México, República Dominicana y Venezuela, una vez más, los Tigres del Licey volvieron a ocupar el privilegio de ser favoritos para llevarse la corona para Santo Domingo. Pero igualmente se sabía que frente a los Leones de Caracas, Venezuela, si se daba esa final, nada iba a ser fácil y, antes por el contrario, muy difícil, habida cuenta que jugaba en su patio, con el inmenso respaldo de su afición, que acompañó a la novena en las buenas y en las malas.
Se deshicieron de los Cañeros de Mochis, de México, en la ronda semifinal, al vencerlos 8 carreras por 3, y dieron el gran paso para discutir la corona del torneo. Y los Leones clasificaron venciendo a los Vaqueros de Colombia 7 a 5.
Y entonces, el veterano derecho, César Valdez se trepó a la lomita de los sustos para dar un verdadero concierto de serpentinas, ‘amarrando’ a la artillería de los Leones en 6 entradas a un tercio, para 3 indiscutibles, 0 carreras, 0 bases por bolas y 6 abanicados, abriendo el surco de la victoria ante sus encopetados rivales.
Fabricando sus carreras a cuenta gota, una en el segundo, otra en el quinto y la tercera y última en la parte alta de la novena entrada, y la formidable actuación de sus lanzadores, Valdez, Jontahan Aro, en dos tercios; Fernando Abad, en una entrada; Jairo Asencio, para cerrar el compromiso, con apenas 3 imparables, 2 bases por bolas y 9 ponches, en una noche magistral para el béisbol dominicano.
Con la victoria 3 carreras por 0 frente a los Leones, en el clásico y cierre del torneo, los Tigres del Licey se alzaron con la undécima estrella en Series del Caribe y sumaron la número 22 para el béisbol profesional invernal de República Dominicana.
¡Loor a los indiscutidos campeones de la Serie del Caribe!