Al menos 109 muertos dejó un incendio originado por fuegos artificiales en la madrugada de sábado en un restaurante de Perm, a 1.300 km al este de Moscú, en la peor catástrofe de este tipo en Rusia en varios años.
Dos personas fueron detenidas por su eventual responsabilidad al no respetar normas de seguridad.
“El balance de víctimas fatales de la tragedia de Perm aumentó a 109” dijo este sábado el comité de investigación de la rama local de la fiscalía rusa.
“Según datos preliminares, hubo una explosión del material pirotécnico que desencadenó un incendio (…)”, había anunciado anteriormente el ministro de Situaciones de Emergencia en un comunicado en su portal internet.
El presidente Dmitri Medvedev decretó que el lunes será día de duelo, anunció el Kremlin en un comunicado.
Los responsables del drama “deben ser castigados”, añadió, afirmando que éstos no tenían “ni cerebro ni escrúpulos”.
El primer ministro ruso Vladimir Putin presentó por su lado condolencias a las familias de las víctimas de “esta monstruosa catástrofe”.