POR ANTONIO ANDRAUS BURGOS
Observando las estadísticas de la actualidad, vamos a contar con un largo período sin que se pueda incluir un nuevo nombre en la lista de los 3.000 o más indiscutibles.
Y lo decimos, porque revisando la hoja con los que están actuando, pocos están en el camino de poder llegar a la mágica cifra.
El más cercano es Freddie Freeman, el primera base de los Dodgers de Los Ángeles, que cuenta con 2.168 imparables, a 22 de mayo de este año; lo que significa, sumando y restando, que le hacen falta unos 800 indiscutibles para llegar a la marca, y está en los 34 años.
Pero vale la pena observar que Freeman tiene promedio de 151 imparables en las primeras 14 temporadas.
¿Alcanzará la marca? Esa es la pregunta del millón.
Luego aparece Andrew McCutchen, de los Piratas de Pittsburgh, que contabiliza 2.079 inatrapables, a la misma fecha, pero a sus 37 años, le queda muy poco para seguir en la brega y esperar que llegue a la marca.
Y para no cansarlos, mis queridos y amables lectores, los otros que pueden aspirar, porque eso no se le puede negar a nadie, pero que difícilmente puedan alcanzar, es el venezolano Elvis Andrus, con 2.091, pero creemos que no va más; Paul Goldschmidt, con 1.948, de los Cardenales, todavía tiene una lejana opción; Hunter Pence, de los Gigantes, con 1.791, este tal vez no tanto; y el dominicano, Manny Machado, de los Padres, con 1.780, cuya fulgurante carrera podría asomarlo al registro.
De tal manera, que esa cifra mágica de 3.000 indiscutibles se dice fácil y rápidamente, pero esa, sin duda alguna, es una marca bien difícil de alcanzar.
Si Roberto Clemente es el número 33 en esas estadísticas, cuya marca la estableció en 1972, cuando apenas habían 11 peloteros con la cifra de clasificados con los 3.000 imparables, eso significa que han pasado 52 años para que otros 22 jugadores consiguieran la marca.
¡Difícil, de verdad verdad!