Los Dodgers ganaron en franca lid la Serie Mundial 2024, frente a sus rivales de siempre los Yanquis. Fatales errores en jugadas claves y en partidos decisivos.
POR ANTONIO ANDRAUS BURGOS
El inmortal y ex capitán de los Yanquis de Nueva York, Derek Jeter, dijo públicamente que ‘’los Yanquis ganarán la Serie Mundial en el séptimo juego’’. Otro tanto predijo Alex Rodríguez, también dándolos como ganadores ‘’en siete juegos’’.
David ‘Big Papi’ Ortiz, el inmortal dominicano, sentenció que los ‘’Dodgers ganarán la cita en seis partidos’’.
Estadísticamente, el equipo ganador del primer juego del Clásico de Otoño, tiene una opción de triunfar en la cita, tanto es así, que 17 novenas lo han ganado en los últimos 21 finalistas de la contienda que cierra la temporada de las Grandes Ligas. Ahora es 18 de los últimos 21.l
Los Dodgers de Los Ángeles ganaron el primer partido de la Cita de Octubre 2024 y, una vez más, confirmaron que el equipo que gana el primero, se lleva la corona para su casa.
Los Yanquis de Nueva York tuvieron en sus manos la victoria del primer partido, jugado en el ‘Dodgers Stadium’, cuando ganaban en 7 episodios completos 2 carreras a 1, con tablazo de Giancarlo Stanton con un compañero en la ruta.
Pero un error del jardinero derecho, Juan Soto, en su tiro a la intermedia, permitió que un doble del astro japonés Shohei Ohtani se convirtiera en corredor a 90 pies de anotar la carrera del empate, que se produjo con un sacrificio de Mookie Betts, al cerrarse la octava entrada.
En 10 episodios
El primer juego se define en 10 entradas, pues el tablero indicaba empate a 2 al cierre del noveno.
Los Yanquis fabricaron una carrera en la 10a. en la piernas de Jazz Chisholm Jr., quien conectó sencillo, se estafó la intermedia y luego la tercera, para anotar con batazo movido de Anthony Volpe sobre el campo-corto.
Pero vino el cierre del acto, y todo se vino al suelo.
El zurdo cubano, Néstor Cortés Jr., vino por los Yanquis desde la zona de calentamiento de los lanzadores, exclusivamente para enfrentarse al zurdo primera base, Freddie Freeman, con las bases congestionadas y dos outs colgados en el tablero, y este con el primer lanzamiento le desapareció la esférica con la casa llena, para producir 4 carreras para los Dodgers, dejando en el campo a sus eternos rivales, al ganarles por tablero de 6 carreras a 3, en el primer juego de la Serie Mundial, el cierre de la décima entrada.
Y en el segundo
Así como en el primer partido fue un sólo lanzamiento para perder; hubo otro sólo lanzamiento para ganar, pero en el segundo compromiso.
El béisbol es así. El zurdo Alex Vesia vino desde el ‘reverbero’ para dominar con un sólo lanzamiento al mexicano y bateador derecho emergente, José Treviño, con un elevado al bosque central sobre el primer lanzamiento, quien entró al cierre del noveno episodio con las bases llenas y dos outs colgados en la pizarra por Austin Wells, para entregar el último out de los Dodgers frente a los Yanquis, en el segundo juego que ganaron por tablero de 4 carreras a 2.
En los dos casos, de acuerdo con los expertos, hubo por lo menos, precipitación del bateador emergente y del lanzador relevista para colgar un out.
Por el bateador de los Yanquis, porque siendo lanzador Vesia zurdo, había que esperar, como mínimo, dos lanzamientos para saber cómo venía en su control — algo que es casi común denominador que los serpentineros siniestros no son muy controlados — y decidirse sobre un envío más cercano a sus posibilidades de conectar un imparable; y en el segundo, el del bateador zurdo Freddie Freeman, el primer lanzamiento del cubano zurdo Néstor Cortés Jr., debió ser más alejado de las posibilidades de que el bateador se sintiera a gusto para soltarle el bate y evitar lo que, finalmente, ocurrió y que ya todos conocen, cuando había dos outs en la pizarra y la casa llena.
Dos errores y más
¿Se acuerdan de aquel fatídico quinto episodio del quinto juego de la Serie Mundial en el ‘Yankee Stadium’?
Los Yanquis estaban ganando el quinto juego del clásico 5 carreras a 0 en las 4 primeras entradas, pero inexplicablemente, el ‘castillo’ se derrumbó cuando nadie lo esperaba.
En el campo, se cometieron 2 errores que han quedado reseñados en la hoja de anotaciones del juego, empezando por el de Aaron Judge sobre el batazo de Tommy Edman, cuando aparentemente, ya estaba en su guante para fabricar el primer out.
Luego, Will Smith batea sobre el campo-corto y Anthony Volpe, en vez de asegurar el out en la primera almohadilla, como lo prescribe el famoso ‘librito’ —cambia out por carrera—, lanza mal a la tercera y se llenan las bases. Segundo error.
Después, Gavin Lux y el japonés Shohei Ohtani, abanican la brisa, para dos outs, y los Dodgers están perdiendo el juego 5-0, con 2 outs en la pizarra, en la quinta entrada.
Y después, un batazo fácil sobre la primera almohadilla de Mookie Betts que recibe bien el guarda-bases Anthony Rizzo, pero quien se queda ‘paralizado’ y el lanzador Gerrit Cole no sale con el batazo a cubrir el cojín, para 2 ‘errores’ más, si se quiere, pero mentales, que por supuesto, no queda registrado en el libro de anotaciones pero sí en la mente de los comentaristas, críticos y aficionados, y llega la primera carrera de los Dodgers.
En ese cierre de episodio, los Dodgers fabrican 4 más para igualar el tablero a 5 carreras, después de 2 outs. Un cuento e historia, que ya ustedes saben como terminó.
El otro error
¿Y en dónde está el tercer error grande del juego? En la interferencia del novato receptor de los Yanquis, Austin Wells, cuando los Dodgers colocan a 2 hombres en circulación, Kike Hernández y Tommy Edman por sencillos, pero llenan las almohadillas por la base por bolas a Will Smith.
Gavin Lux con sacrificio trae la carrera del empate, la sexta, en las piernas de Kike Hernández, porque Giancarlo Stanton con un sacrificio remolcó al dominicano Juan Soto, para desempatar el tablero en el cierre del sexto capítulo, 6 por 5.
Con la primera desocupada, bateando el japonés Ohtani, Wells comete interferencia y Shohei llega a la primera almohadilla. Con la casa llena, otra vez, Mookie Betts produce la que finalmente es la carrera de la victoria, la séptima del partido, con elevado al bosque central, para impulsar a Edman. Y se acabó la película.
Como se dice en el argot popular, los Yanquis en este partido no jugaron béisbol, jugaron pelota …
Sin predicciones
Los expertos no vieron fácilmente que los Dodgers ganaran la Serie Mundial frente a los Yanquis, en 5 partidos, pero así fue. Y en este caso, las predicciones no se dieron.
El capataz de los Dodgers, Dave Roberts, que condujo magistralmente a su cuerpo de relevistas, utilizó a 8 serpentineros para ganar el quinto y último desafío de este clásico 2024, lo que es una nueva marca para partidos de Series Mundiales en 9 entradas, de acuerdo con Sarah Langs, la estadígrafa de cabecera de la MLB, rematando con un abridor, Mark Buehler, quien abanicó al zurdo mexicano Alex Verdugo, con un lanzamiento en curva de nudillos, que llegó a 77.5 millas por hora, para colgar el out 27 del partido, con su cuarto envío.
Los Dodgers ganaron en franca y gallarda lid el título de la Serie Mundial, triunfando en 4 de los 5 encuentros jugados. Superaron a los Padres de San Diego en la ronda divisional y luego, a los Mets de Nueva York en la vuelta por el título de la Liga Nacional.
Las conjeturas
Los análisis y los numeritos en el béisbol, cuentan mucho para el momento en que se hacen conjeturas. Y por eso, nadie puede olvidar, que los Dodgers consiguieron su cuarta corona del Clásico de Otoño frente a los Yanquis, después de 12 confrontaciones, y la octava en su largo historial dentro de la Gran Carpa.
En la historia, el equipo que gana el primer partido de la Serie Mundial, ha triunfado en 75 oportunidades, incluyendo la de este año, contra 41 que sin ganarlo, alcanzan la corona, lo que representa un margen de algo más del 64 por ciento favorable.
Para algunos, Aaron Boone, el estratega de los Yanquis, cometió quizás ‘’un par de pecados’’ durante los 5 juegos, pero él no estaba jugando, él confiaba en sus muchachos, o ustedes podrían imaginar que la ‘parálisis’ de Rizzo con el batazo de Betts y la ‘dormida’ de Cole para salir a cubrir la primera almohadilla, en esa funesta quinta entrada del quinto juego, es cosa del técnico y no de ¿desaciertos ‘mentales’ de los dos consagrados y curtidos peloteros?
En teoría y en las estadísticas, los Yanquis tenían un cuerpo de lanzadores fuerte, consistente, tanto que marcaron 3.74 carreras limpias por juego en la temporada, ocupando la 7a. casilla de la tabla de todos los equipos, contra 3.90 de los Dodgers, que fueron 13o.; que los Yanquis batearon más jonrones que los Dodgers (237 contra 233); que los ‘Esquivadores’ marcaron 815 impulsadas contras 782 de los ’Bombarderos’; que los Dodgers fueron colectivamente mejores en el bateo que los Yanquis, con 258 contra 248; y en fin, que los campeones de la Serie Mundial ganaron más juegos que los ‘Mulos’, con 98-64 frente a los 94-68, en la campaña regular.
Había equilibrio en esas estadísticas, que sirven mucho como guía a la hora de pensar en hacer conjeturas y no pronósticos. Hubo la creencia que los Yanquis podían ganar en el séptimo juego del clásico, el que nunca llegó, porque los Dodgers simplemente, jugaron mejor béisbol. Y punto.
Hasta en el clásico
Y para que vean que en el béisbol hay magia, pero que todo se ‘descubre’ cuando los partidos se pierden en el terreno de juego, porque así es el béisbol.
En la Serie Mundial, los Yanquis tuvieron mejor ofensiva que sus rivales. Batearon para 212 contra 206; conectaron 9 tablazos de circuito completo contra 7; se estafaron 9 almohadillas frente a 3 de sus contrincantes; batearon 36 indiscutibles ante 33 de los campeones; recibieron 27 bases por bolas frente a 19, y sin embargo, perdieron la Serie Mundial.
Y sigamos con los numeritos del clásico. Los lanzadores de los ‘Mulos’ tuvieron marca de 3.83 contra 4.80 de los ‘Esquivadores’; los Dodgers anotaron 24 carreras, 19 de las cuales fueron limpias; ante 24 anotadas de los Yanquis, todas las cuales fueron limpias.
¿Y entonces? Nada distinto a que los Dodgers consiguieron las anotaciones en los momentos indicados y los Yanquis desperdiciaron muchas opciones de carreras que no se produjeron. La prueba la tenemos: los Yanquis dejaron ‘varados’ en las almohadillas a 43 corredores contra 29 de los Dodgers. ¡Allí se ‘esfumó’ la magia ganadora!
Bien por los Dodgers, campeones indiscutidos de la Serie Mundial frente a sus rivales Yanquis, quienes vieron cómo sus antagonistas los aventajaron en el campo de juego, sin discusión alguna, sin objeción de ninguna naturaleza.