POR ANTONIO ANDRAUS BURGOS
Los expertos de Major League Baseball (MLB) han señalado que el partido entre México y Japón fue el mejor del Clásico Mundial. Y no se han equivocado. Ese fue escogido también por nosotros (LATIN FACES), en nuestra humilde opinión, como el mejor del torneo.
le sacó ‘del bolsillo’ el triunfo a la representación azteca, donde los mexicanos siempre estuvieron al frente del tablero.
Los aztecas ganaban en ocho entradas completas 5 carreras por 4, gracias a que abriendo ese episodio, la representación consiguió par de carreras y al cierre, los japoneses fabricaron una, para que la diferencia de una carrera, estrecha pero significativa, mantuviera de manera dramática y en vilo a la afición de ambos países.
Un doble de Ohtani abriendo el cierre de la novena, al empalmar un cambio de velocidad por encima de los 88PMH del relevista derecho Giovanny Gallegos, le abrió el camino a la victoria a Japón. Luego vino la base por bolas para Masataka Yoshida, la nueva figura de los Medias Rojas de Boston. Yoshida sale del juego y entra como corredor emergente Ukyo Shuto, quizás el corredor más rápido del equipo, en una hábil jugada del estratega del Japón, a sabiendas de que ese corredor podría darle la carrera de la victoria.
Efectivamente así fue. Sin outs colgados en la pizarra, con Ohtani en segunda y Shuto en la primera almohadilla, Munetaka Murakami le descifró una recta de más de 94 MPH a Gallegos para enviársela contra toda la valla del jardín central para un auténtico doble, con cuyo batazo Ohtani y Shuto consiguieron las carreras del triunfo.
Los 270 pies desde la primera almohadilla hasta el pentágono de Shuto, los recorrió en apenas 10.28 segundos, es decir, a 3.43 segundos cada 90 pies.¡Qué bárbaro!
Juegos cerrados
Pero no nos vengan con el cuento que Venezuela frente a Estados Unidos perdió porque jugaron mal. No. De ninguna manera. Venezuela jugó un extraordinario encuentro frente a Estados Unidos, pero un jonrón sale de cualquier bate.
Silvino Bracho tenía en cero y dos, con las bases llenas y sin outs colgados en la pizarra a Trea Turner, el hombre de los millones de dólares de los Filis de Filadelfia, quien le pescó un lanzamiento de cambio de velocidad 86 MPH para depositar la pelota a los 407 pies, por el bosque izquierdo, tras colocarle los dos buenos lanzamientos con rectas de cuatro costuras.
Hasta ese preciso momento, parte alta del octavo episodio, Venezuela ganaba 7 por 5. Perdió 9 carreras por 7. El taponero Ryan Pressly cerró el puerto sin complicaciones.
Ni qué decir del partido entre México y Puerto Rico en donde los jugadores de ambas novenas lucharon por la victoria.
Los boricuas se ‘durmieron’ después de los cuadrangulares de Javier Báez y Eddie Rosario, para racimo de 4 carreras en la primera entrada frente al zurdo Julio César Urías; mientras que los mexicanos, descontaron con una carrera en el segundo, con jonrón de Isaac Paredes; y otra en el quinto, por sencillo de Alex Verdugo remolcando a Alek Thomas; y consiguieron 3 rayas en la séptima, cuando con las bases llenas y dos outs, Paredes despacha sencillo para remolcar a Austin Barnes y Randy Arozarena; y Luis Urías trae la tercera para la registradora, con imparable en las piernas de Alex Verdugo.
Todos esos partidos, y dos o tres más, como por ejemplo, el de Estados Unidos derrotando a Colombia, en Phoenix, Arizona, con una sensacional actuación de Mike Trout, por pizarra de 3 a 2; fueron épicos, cerrados, donde hubo béisbol con talento y calidad.