Tom Haveron:
Gary Carter, el receptor cuyo sencillo con los Mets de Nueva York en la Serie Mundial de 1986 puso en marcha una de las remontadas más espectaculares en la historia de las Grandes Ligas, falleció ayer jueves. Tenía 57 años.
Carter fue diagnosticado con un tumor cerebral maligno en mayo pasado, apenas dos semanas después de haber cumplido su segunda temporada como coach en el equipo de la Universidad de Palm Beach Atlantic.
Miembro del Salón de la Fama del béisbol, Carter fue seleccionado 11 veces al Juego de Estrellas y en tres ocasiones obtuvo el Guante de Oro a la excelencia defensiva.
“Estoy muy triste de informarles que mi adorado padre se fue a acompañar a Jesús a las 4.10 de la tarde de hoy”, escribió la hija de Carter, Kimmy Bloemers, en la página de Internet de la familia.
“Esto ha sido la cosa más difícil que me ha tocado escribir en mi vida, pero quería que todos lo supieran”.
Su hit en la parte baja del décimo inning del sexto juego de la Serie Mundial de 1986 prendió la reacción con la que los Mets vencieron a los Medias Rojas de Boston para eventualmente consagrarse campeones.
Con el sobrenombre “Kid” (El Muchacho), Carter tuvo una trayectoria de casi dos décadas con los Mets, Montreal, San Francisco y los Dodgers de Los Angeles.
Fue el primer jugador en ingresar al Salón de la Fama con el gorro de los Expos en su placa. También fue el líder de los Expos en la única vez que el club de Montreal se clasificó a una postemporada.
Carter fue un jugador cuya popularidad no se debió únicamente a su talento como receptor y con el