Chicago.- Una anormalidad encontrada en dos genes puede restar efectividad a una clase común de fármacos para quimioterapia usados para tratar el cáncer de mama, dijeron investigadores estadounidenses, en un hallazgo que podría ayudar a los médicos a mejorar los tratamientos.
Los expertos dijeron que los cambios detectados en una pequeña región del cromosoma 8q hicieron que los tumores resistieran a los efectos de un fármaco llamado antraciclina, pero no a otros tipos de medicinas aplicadas en la quimioterapia.
“Esto es útil porque ayuda a seleccionar quién podría ser resistente a la antraciclina”, dijo la doctora Andrea Richardson, del Instituto del Cáncer Dana-Farber, en Boston, cuyo estudio apareció en la revista médica Nature Medicine.
Richardson dijo en una entrevista telefónica que el nuevo descubrimiento puede ayudar a guiar la terapia de un modo más personalizado, en base al tumor de cada paciente. “Por eso es estimulante”, señaló.
Actualmente los médicos analizan ciertos genes para detectar si el cáncer de pecho de una mujer es sensible al estrógeno, lo que la convierte en candidata para tomar fármacos bloqueadores de hormonas como el tamoxifeno.
Las pacientes cuyos tumores generan una proteína llamada HER-2, que puede incentivar el crecimiento del cáncer, a menudo son tratadas con Herceptin, o trastuzumab, un medicamento desarrollado por Genentech, ahora una unidad del grupo Roche Holding AG.
El mes pasado, un estudio presentado en Estados Unidos reveló que un test de genes llamado Oncotype DX, realizado por Genomic Health Inc, ayudó a identificar qué mujeres no tenían probabilidad de beneficiarse con la quimioterapia.
Fármacos más efectivos
Pero Richardson dijo que no existen test para ayudar a los médicos a descifrar cuál es el mejor fármaco quimioterapéutico para usar después de la cirugía.
“Con el cáncer de mama, la mayoría de las pacientes recibe dos o tres tipos de quimioterapia y todas son sometidas básicamente a lo mismo”, sostuvo. “Esos fármacos tienen sus propias toxicidades. Sería muy bueno evitar dar algo que va a ser tóxico y poco efectivo”, explicó la investigadora.
Para el estudio, Richardson, su colega Zhigang Charles Wang y otros analizaron el ADN de muestras de tumores mamarios extraídas de 85 pacientes antes de ser sometidas a quimioterapia.
En los tumores que resultaron ser resistentes al fármaco, el equipo encontró una región en el cromosoma 8 que tenía varias copias extra o ampliadas de extensiones de ADN.
Cuando dos genes en esta región, llamados LAPTM4B y YWHAZ, tenían demasiada actividad, los tumores resistían a la antraciclina. Los test de células realizados en laboratorio confirmaron el resultado