EFE
Washington.- Una gran tormenta invernal comenzó a cubrir hoy de blanco a Washington y a algunas regiones del noreste de Estados Unidos, que se han paralizado parcialmente ante la perspectiva de recibir más de medio metro de nieve.
“Esta tormenta es extremadamente peligrosa y se prevé que produzca una cantidad récord de nieve en las áreas metropolitanas de Baltimore y Washington”, alertó la Agencia Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA).
La mayor acumulación de la que se tienen registros ocurrió en enero de 1922, cuando la capital fue enterrada bajo 0,7 metros de nieve.
Los meteorólogos pronostican que entre el viernes y el sábado caerán entre 0,5 y 0,7 metros de nieve en la región, y que en algunas zonas se superarán los 0,7 metros.
Antes de que llegara la tormenta, muchas escuelas de la zona habían cerrado, mientras que el resto dejaron a los alumnos salir antes de tiempo. Las oficinas del Gobierno y los juzgados también operaron en horario reducido.
Las aerolíneas han cancelado cientos de vuelos previstos para hoy y para mañana en Washington, Baltimore y Filadelfia. Esperan poder reiniciar los despegues el domingo si los equipos quita-nieves son capaces de limpiar las pistas a tiempo.
La tormenta afecta a los estados de Virginia Occidental, Virginia, Maryland, Delaware, Pensilvania y Nueva Jersey, un área de alta densidad de población.
El sistema se nutre de una gran cantidad de humedad en el aire captada en el Golfo de México y que ha subido desde el sur, la cual chocó con una masa de aire frío llegada desde Canadá.
La Casa Blanca canceló la rueda de prensa diaria de hoy debido al “Snowpocalypse” (algo así como un apocalipsis de nieve), según informó en un mensaje a los periodistas.
Mientras, la cadena de televisión CNN habló de “tormenta monstruosa” y el diario The Washington Post tituló “Esperando Snowmaggedon” (Armagedón de nieve).
Desde ayer los supermercados han recibido a los residentes que compran palas de nieve, sal (usada para derretir la nieve), leche, pan, linternas y palomitas de maíz para estar listos para un fin de semana con escasa movilidad.
Los que dejaron las compras para el último minuto se encontraron hoy con los estantes vacíos y filas enormes.
Los primeros copos llegaron a la zona de Fairfax y Manassas (Virginia) en torno de las 09.00 hora local (14.00 GMT) y la precipitación se aceleró a medida que avanzó el día.
A las cinco de la tarde, usualmente la hora punta, había un tráfico muy fluido en el centro de Washington y las autopistas circundantes, pues los residentes salieron temprano de la oficina o trabajaron desde sus casas.
Las autoridades advirtieron que las condiciones en las carreteras serán “extremadamente peligrosas” hoy por la noche y pidieron a los ciudadanos que no conduzcan, para dejar así camino libre a los vehículos de emergencia.
“Realmente queremos que la gente no esté en las carreteras. No es seguro”, dijo en una rueda de prensa Gabe Klein, director del departamento de Transporte de Washington.
Miles de trabajadores municipales de las ciudades afectadas salieron con palas quita-nieves y con miles de toneladas de sal para mantener limpias las vías principales de circulación.
Se trata de la segunda gran tormenta de nieve del invierno para esa región de Estados Unidos, donde a mediados de diciembre cayó una capa de nieve que en algunos lugares alcanzó medio metro. También nevó, aunque menos, el fin de semana pasado y el miércoles.
La tormenta ha conseguido incluso impresionar al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien en 2009 bromeó por la supuesta falta de aguante de la capital cuando nieva, en comparación con Chicago, la ciudad de inviernos gélidos donde él residía con su familia.
El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo hoy que en esta ocasión “hasta un hawaiano trasplantado a Chicago como es el presidente le tiene respeto a dos pies (sesenta centímetros) de nieve”.
Gibbs recordó, sin embargo, que Obama no padece los inconvenientes que la ventisca causa a los ciudadanos comunes. “Para empezar, no tiene que limpiar la nieve de la entrada de su casa”, dijo.