Nadal defiende título ante el hombre de las 57 victorias
El huracán Irene llegó ayer a Nueva York convertido en tormenta tropical y dejando leves inundaciones. Eso significa que hoy, con el National Tennis Center sin daño alguno y la única preocupación por el transporte, debería arrancar el US Open de tenis.
Irene, pues, deja paso al tifón que ha arrasado el circuito ATP este año. Atiende por Novak Djokovic. Lleva 57 victorias por dos derrotas (la última, el abandono en Cincinnati) y en esa racha triunfal caben nueve títulos. Entre ellos los del Abierto de Australia y Wimbledon. La Gran Manzana ha visto cómo, por primera vez desde 2004, el cabeza de serie uno de un grande no son Roger Federer o Rafa Nadal, sino ese Nole que ha arrebatado el trono de la ATP al español con cinco victorias sobre él como cinco losas: Wimbledon, Roma, Madrid, Miami e Indian Wells. Sobre hierba, sobre tierra, sobre cemento y en la frontera de los cinco sets.
Nadal, al que su tío y entrenador Toni da “remotas” posibilidades de reeditar triunfo en Nueva York, sufrió una lesión en el ligamento peroneo de su tobillo izquierdo y, como ha reconocido en NY, le ha dado más lata de lo previsto: “No me está limitando para jugar al nivel que quiero, pero dijeron que no era importante y tres semanas después de Wimbledon estaba peor que tras acabar el torneo. Algo pasó que nos equivocamos…”.
Pasó también que en Montreal, al coger un plato en un restaurante japonés, se quemó dos dedos: “Ya están bien; los llevo vendados porque la piel es muy fina”. El balance de estos contratiempos fue batacazo en primera ronda en Canadá contra Ivan Dodig y derrota en cuartos de Cincinnati frente a Mardy Fish.
Pero Nadal, que abrirá posiblemente mañana frente a Andrey Golubev (para hoy están programados Federer, Sharapova o Ferrero), ha demostrado sobradas veces que su poder de superación es ilimitado… Y Djokovic, que no ha abierto la boca aún en Nueva York, se presenta con la incógnita de su retirada en la reciente final de Cincinnati, con un hombro derecho sobrecargado por tanta tralla.
“No he jugado bien en el verano, pero espero hacerlo mejor aquí”, advierte Rafa. “Djokovic está jugando muy sólido mentalmente. Lo que está haciendo es difícil de repetir, pero para mí no es una sorpresa que sea el número uno”. Nadal tiene unas primeras rondas ideales para coger el ritmo y la confianza que exige ponerse ante el tifón.