FRANKFURT (EFE) — La selección de Japón, más acertada en los lanzamientos de penalti, impidió el regreso a la hegemonía de Estados Unidos, que buscaba su tercer título, e hizo historia al conquistar, por primera vez, un Campeonato del Mundo de fútbol femenino.
Japón se consolidó como la gran sorpresa de Alemania 2011. Nunca había alcanzado unas semifinales. Y poco a poco apartó a rivales de en medio hasta llegar a una lucha por el éxito que parecía impensable para ellas.
El cuadro nipón nunca se dio por vencido ante una selección plagada de experiencia. Acostumbrada a citas como la actual. Que nunca, en las seis ediciones disputadas, se ha bajado del podio.
Japón, a base de velocidad y una fe permanente en el triunfo, impidió que Estados Unidos se quedara como dominador en solitario de la competición. Acumula ahora dos éxitos (1991 y 1999) y otros tantos terceros lugares (1995, 2003 y 2007).
El triunfo en Frankfurt del cuadro nipón, que fue dos veces por debajo en el marcador, mantiene la igualdad estadounidense con Alemania, también poseedora de dos títulos (2003 y 2007) y vigente campeona.
La falta de acierto en los lanzamientos de penaltis evitó la victoria de Estados Unidos. Marró los tres primeros. Y eso le condenó a una derrota que pareció lejos durante el partido.
Fue Estados Unidos el que más buscó la victoria al principio. Asumió la condición de favorita ante un adversario ataviado con el papel de equipo revelación de la competición que nunca había llegado tan lejos como hasta ahora. De hecho, jamás había alcanzado las semifinales. El subcampeonato es un premio inesperado.
El cuadro de Pia Sundhage ya pudo encarrilar el choque a la media hora, con un zapatazo de Abby Wambach que repelió el larguero. Igual que en los primeros minutos de la segunda parte, cuando Morgan remató al poste un centro desde la banda derecha. Estados Unidos había acelerado el paso.
El primer gol llegó en el minuto 69. Japón perdió el balón en el área estadounidense y Megan Rapinoe, desde su campo, envió un centro largo a Alex Morgan, que había salido en el descanso por Lauren Cheney, que se deshizo de su defensora y desde el vértice del área batió a Ayumi Kaihori.
El triunfo parecía en la mano estadounidense. Pero un error defensivo en una acción sin aparente peligro dejó el balón, dentro del área pequeña, en las botas de Aya Miyama, que empató a nueve minutos del final.
El choque marchó a la prórroga. En ella, la atacante Abby Wambach no perdonó al rematar de cabeza un centro desde la banda izquierda. Fue el cuarto gol en cinco partidos de la delantera estadounidense, neutralizado minutos después con el tanto que firmó Homare Sawa al rematar un córner.
El tanto rescató a Japón, que recuperó sus opciones. En el lanzamiento de penaltis Estados Unidos estuvo nefasto. Shannon Boxx, Cari Lloyd y Tobin Heath marraron los tres primeros. Saki Kumagai firmó el definitivo. El que metió a Japón en la historia del fútbol femenino.