Los Dodgers y los Gigantes, en el Oeste; más los Nacionales y los Mets, por la otra orilla, vuelven a ocupar puestos de favoritismo para este 2017. ¿Podrán los Cardenales o los Piratas cambiar el boleto a ganador en la Central?
Por Antonio Andraus Burgos
La pregunta no es necia. Ni tampoco estúpida, ni más faltaba. Lo que ocurre es que cuando se hace, muchos consideran que todo es posible pero, que obviamente, como verdad de Perogrullo, nada es seguro, en cuanto a vaticinios se refiere en el caso del béisbol.
¿Repetirán los Cachorros de Chicago en la Liga Nacional? ¿Podrán los flamantes campeones de la Serie Mundial volver a tener una campaña tan exitosa como la que alcanzaron en el 2016? ¿Será que su nómina, con ligeras variaciones, tiene la suficiente capacidad de juego para adueñarse este año nuevamente de la cotizada corona del Viejo Circuito?
Joe Maddon sabe que nada es fácil cuando de pronósticos en el béisbol se habla, y por eso advierte, con suma humildad, que ‘’el 2016 ya es historia, y el 2017 no ha comenzado a disputarse’’.
Le sobra razón al afamado estratega de los Cachorros, quien exorcizó todos los hechizos habidos y por haber, para llevar a la novena a la conquista del Clásico de Otoño después de 108 años de ausencia en el trono del béisbol de las Grandes Ligas, derrotando en una final de sensación a los aguerridos Indios de Cleveland, cuyo formato de juego quedó en la retina de cientos de miles de aficionados en el mundo de la ‘’pelota caliente’’, como uno de los mejores de la última década.
Dejemos por ahora a los Cachorros, para darle una mirada a los demás aspirantes a la corona de la Liga Nacional, para esta temporada que está por empezarse a disputar en pocos días.
Fuerza para los Nacionales
Los Mets de Nueva York serán dignos contrincantes en la zona Este del Viejo Circuito, en donde los Nacionales de Washington lucen con la fortaleza ofensiva de muy pocas novenas y con una rotación serpentinera que da mucho de qué hablar.
Los Bravos de Atlanta con su nuevo parque de béisbol dará algunas puntadas de alegría a la temporada, pero no le observamos la profundidad necesaria para pensar en grande, porque aun cuando cuenta con verdaderas joyas en su plantel, con mucha experiencia por cierto — casos como el dominicano Bartolo Colon y R.A. Dickey, el hombre de la bola de nudillos, mientras que el colombiano Julio Teherán será el abanderado de esta rotación; además de Matt Kemp, Brandon Phillips y Mark Markakis —, Brian Snitker sabe a ciencia y paciencia que la cosecha de la novena se verá tal vez en un par de años.
Por su lado, los Marlins de Miami, sentirán poderosamente la ausencia de su astro derecho cubano José Fernández, algo que nadie puede negar, mientras que su estratega, Don Mattingly, hará malabares para que el club se vuelva a comportar como novena a derrotar; en tanto que los Filis de Filadelfia probablemente ofrecerán alguna resistencia, pero nada más por el momento, porque su objetivo en el plan de reestructuración está a un par de años, así su capataz, Pete MacKavin, esté pensando de diferente manera.
De la mano de Dusty Baker, los Nacionales esperan dar el todo por el todo en este 2017, con una rotación que se nos antoja pensar, es contundente y experimentada, con Max Scherzer, Stephen Strasbsurg, Gío González, Tanner Roark y Joe Ross, una fuerza indiscutible desde la loma de los sustos.
Pero los Mets no se quedan atrás, y Terry Collins, su capataz, lo sabe. Cosa distinta es que, como ya ocurrió en la pasada campaña, todo se venga al piso debido a las complicaciones de salud de varios de sus integrantes. Noah Syndergard, Jacob deGrom, Matt Harvey, Steven Matz y Robert Gsellman, cuentan con los suficientes atributos para, si o sí, el 2017 sea el gran año para la franquicia de Queens.
En la Central
Desde luego, que en la zona Central de la Nacional, los Cachorros vuelven a ocupar el primer lugar del favoritismo, pero los Cardenales de San Luis y los Piratas de Pittsburgh pueden convertirse en los indiscutibles grandes rivales de los actuales campeones de la Serie Mundial.
Jon Lester, Kyle Hendricks, Jake Arrieta, John Lackey y Mike Montgomery, es una nómina de apertura desde la loma de los sustos con verdaderos brazos ganadores para Maddon, quien intentará reeditar su extraordinaria campaña de 2016, que fue de ensueño para sus aficionados, para los directivos y para la propia novena, pero sin olvidar que los Cardenales, de la mano de Mike Matheny, con su afamada rotación de Adam Wainwright, Carlos Martínez, Mike Leake, Lance Lynn y Michael Wacha, no se van a entregar fácilmente, porque la ambición ganadora se mantiene latente así en la práctica se pierda a mitad de camino.
Los Piratas, con Gerrit Cole, Jameson Taillon, Iván Nova y Chad Kuhl, con una última casilla disputada por Tyler Glasnow y Drew Hutchison, tienen como darle más victorias que derrotas a los pupilos orientados por Clint Hurdle, pero no cuentan con el núcleo bien combinado entre ofensiva y defensiva, como para colocarlos en plan de triunfadores.
Los Rojos de Cincinnati, dirigidos por Bryan Price, y los Cerveceros de Milwaukee, comandados por Craig Counsell, no cuentan por el momento con la suficiente ‘’munición’’ como para pensar y a aspirar a que la corona de la zona está a la vuelta de la esquina para ninguna de las dos divisas.
Desde luego que el acento para un cambio en la división Central de la Nacional puede correr a cargo de los Cardenales, que siempre luchan por la conquista de esa corona, y los Piratas que, sin tanto bombo, podrían complicarle la vida a los Cachorros. Todo el mundo se pregunta si uno de éstos dos clubes podrían cambiar el boleto a ganador que hasta este momento, está en manos de los Cachorros.
Dodgers y Gigantes
Si miramos el lado Oeste de la Nacional, hay que concluir, a simple vista, que los Dodgers de Los Ángeles y los Gigantes de San Francisco una vez más tienen el plan de juego que se necesita para ganar y para esperar mejores momentos para este 2017.
No hay la menor duda de que los muchachos dirigidos por Dave Roberts tienen un terreno abonado como para imaginar lo grande que es volver a la Serie Mundial, mucho más en esta nueva contienda, porque Clayton Kershaw, Rich Hill, Kenta Maeda y Julio César Urias, con un quinto brazo discutido entre el coreano Hyun-Jin Ryu, Scott Kazmir y Brandon McCarthy, que si vuelven por sus fueros, mucho daño harán a todos sus rivales.
Los Gigantes de Bruce Bochy, con Madison Bumgarner, Johnny Cueto, Matt Moore, Jeff Samardzija y Matt Caín, ofrecen la dosis de confianza necesaria para que una vez más, como ha ocurrido en buena parte de este nuevo siglo, se adueñen de un título divisional que bien se lo merecen, así finalmente no puedan clasificar a la Serie Mundial.
Los Cascabeles de Arizona con el mando de Torey Lovullo, esperan mejorar ostensiblemente este año con algunas pretensiones de ser club decisivo en muchos frentes; los Rockies de Colorado, orientados por Bud Black, pueden ser fácilmente los grandes para el desequilibrio de la zona, si las cosas que se observan sobre el papel se convierten en realidad sobre los campos de juego; y los Padres de San Diego, de la mano de Andy Green, aun cuando han mejorado de manera considerable en todas sus líneas, por el momento no suman un concluyente formato de juego en donde puedan vislumbrarse con el boleto triunfador.
El colador en el Viejo Circuito parece que aplaza para nuevas campañas las aspiraciones de equipos como los Marlins, que si bien tiene una nómina con peloteros estelares, a la hora de nona, sigue con el desnivel de juego que nadie espera en los momentos en que más se necesitan las victorias. Y otro tanto se puede decir de los Bravos que, sinceramente, busca nuevos horizontes pero para un poco más adelante.
La Liga Nacional como se puede detallar en cada una de las 15 representaciones, tiene a su grupo de favoritos definido hace algunos días, aun cuando las sorpresas pueden ser agradables cuando la temporada vaya por lo menos, a mitad de camino.
Por ahora, no hay nada diferente a pensar que de esos seis equipos, los Mets y los Nacionales, los Cachorros y los Cardenales, los Dodgers y los Gigantes, debe salir el campeón del circuito, aun cuando esa aparente lógica se pueda trastocar de un momento a otro, cuando la liebre salte para sorprender a muchos y satisfacer a muy pocos.
Pero en el béisbol, cualquier cosa que suceda es bienvenido, porque de lo contrario, no habría finales de tanto infarto, como la que se jugó en la Serie Mundial 2016, cuando estando los Indios de Cleveland en ventaja de 3 ganados y 1 perdido, finalmente la tribu perdió frente a los inspirados Cachorros, que ganaron los últimos 4 partidos en línea, dos de ellos, en el patio indígena.