FILADELFIA — Con sus Dodgers enfrentando la eliminación en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional,
Manny Ramírez luce flotar en una nube de paz y tranquilidad, lejos del desconcierto que normalmente acompaña a los jugadores en esos momentos de tensión.
Manny, relajado e irreverente
Los Dodgers de Los Ángeles se colocaron al borde del precipicio el lunes cuando su cerrador Jonathan Broxton no pudo retener una ventaja de una carrera en la novena entrada y perdieron 5-4 ante los Filis de Filadelfia.
Ahora Filadelfia tendrá por lo menos tres oportunidades para avanzar a la Serie Mundial por segundo año consecutivo, mientras que los Dodgers deberán ganar todos los días, comenzando el miércoles, para no morir en el intento.
“Solamente es un juego de béisbol, necesitamos salir a ganar para seguir vivos”, dijo Ramírez Mientras hablaba, Ramírez descansaba cómodamente en un sillón frente a su casillero en el vestidor de visitantes del Citizens Bank Park.
No es la primera vez que Ramírez reacciona tranquilamente a la posibilidad de que su equipo sea eliminado en una final de liga. En el 2007, los Medias Rojas de Boston cayeron 1-3 ante los Indios de Cleveland y durante las prácticas del día anterior al quinto choque, Ramírez dijo algunas expresiones que fueron convertidas en noticia de impacto por la prensa.
“¿Por qué tendríamos pánico? Tenemos un gran equipo”, dijo Ramírez en esa ocasión. “Si no ganamos, ¿a quién le importa? Siempre habrá un próximo año, no es el fin del mundo”, agregó.
Mientras la prensa interpretó sus palabras como indiferencia y descuido, los Medias Rojas las tradujeron en confianza y serenidad, ganando los siguientes siete juegos (cuatro ante Colorado en la Serie Mundial) para atrapar su segundo título en tres años.
El martes, Ramírez evitó repetir el pensamiento. “Eso fue en el 2007 y ahora estamos en el 2009”, dijo.
El toletero dijo que no ha pensado aún si ejecutará la opción de 20 millones que posee para el 2010 en su contrato con los Dodgers. “Pensaré en mi contrato cuando termine todo”.
Pero la parte de la conversación del martes que pasó a engrosar el amplio contenido de la enciclopedia “Manny siendo Manny” fue la respuesta del dominicano cuando se le preguntó acerca del batazo de Jimmy Rollins que sepultó a los Dodgers el lunes para darle ventaja 3-1 a los Filis.
“No lo vi, en ese momento estaba bañándome”, dijo Ramírez, quien había sido reemplazado por Juan Pierre en el jardín izquierdo en el cierre de la novena entrada de ese juego.
Una vez que empezaron las prácticas de los Dodgers, Ramírez nos contactó en el terreno de juego.
“Los periodistas quieren hacer un show con algo que no tiene importancia”, dijo Ramírez.
“Joe [Torre, el manager] me llamó a su oficina para preguntarme sobre lo que dije a los reporteros y le comenté que había dicho que estaba en la ducha cuando Rollins pegó el hit”, relató el jugador.
“Torre sabe que me voy a bañar si ya estoy fuera del juego y me dijo que mientras no me fuera a sentar a las gradas, todo estaba bien”, apuntó Ramírez.
Torre, uno de los pocos managers de Grandes Ligas que no necesita hablar dos veces para hacer entender sus reglas a los jugadores, restó importancia al evento durante su aparición diaria en el salón de conferencias.
“Manny tiene mucha confianza y cuando tenemos una ventaja tarde en el juego, y lo he sacado, ya sea por defensa o porque tenemos una buena ventaja, cuando nos chocamos las manos después del juego, él está en su ropa de calle”, dijo Torre.
“Esto no es realmente algo diferente a lo que ha hecho antes, no pienso que es un irrespeto de algo”, agregó el manager.
“El no va a ningún lado hasta que el juego no acaba y nosotros no podemos volver a usarlo en el juego”, dijo Torre.
Ramírez no es el primer jugador que va a las duchas antes de que concluya el partido, pero es uno de los pocos que lo ha contado a un pelotón de periodistas y ante cámaras y micrófonos de las principales cadenas nacionales.
¿Despreocupado, irreverente, indisciplinado, descuidado, indiferente o simplemente “Manny siendo Manny”?
Manny, relajado e irreverente
Los Dodgers de Los Ángeles se colocaron al borde del precipicio el lunes cuando su cerrador Jonathan Broxton no pudo retener una ventaja de una carrera en la novena entrada y perdieron 5-4 ante los Filis de Filadelfia.
Ahora Filadelfia tendrá por lo menos tres oportunidades para avanzar a la Serie Mundial por segundo año consecutivo, mientras que los Dodgers deberán ganar todos los días, comenzando el miércoles, para no morir en el intento.
“Solamente es un juego de béisbol, necesitamos salir a ganar para seguir vivos”, dijo Ramírez a ESPNdeportes.com. Mientras hablaba, Ramírez descansaba cómodamente en un sillón frente a su casillero en el vestidor de visitantes del Citizens Bank Park.
No es la primera vez que Ramírez reacciona tranquilamente a la posibilidad de que su equipo sea eliminado en una final de liga. En el 2007, los Medias Rojas de Boston cayeron 1-3 ante los Indios de Cleveland y durante las prácticas del día anterior al quinto choque, Ramírez dijo algunas expresiones que fueron convertidas en noticia de impacto por la prensa.
“¿Por qué tendríamos pánico? Tenemos un gran equipo”, dijo Ramírez en esa ocasión. “Si no ganamos, ¿a quién le importa? Siempre habrá un próximo año, no es el fin del mundo”, agregó.
Mientras la prensa interpretó sus palabras como indiferencia y descuido, los Medias Rojas las tradujeron en confianza y serenidad, ganando los siguientes siete juegos (cuatro ante Colorado en la Serie Mundial) para atrapar su segundo título en tres años.
El martes, Ramírez evitó repetir el pensamiento. “Eso fue en el 2007 y ahora estamos en el 2009”, dijo.
El toletero dijo que no ha pensado aún si ejecutará la opción de 20 millones que posee para el 2010 en su contrato con los Dodgers. “Pensaré en mi contrato cuando termine todo”.
Pero la parte de la conversación del martes que pasó a engrosar el amplio contenido de la enciclopedia “Manny siendo Manny” fue la respuesta del dominicano cuando se le preguntó acerca del batazo de Jimmy Rollins que sepultó a los Dodgers el lunes para darle ventaja 3-1 a los Filis.
“No lo vi, en ese momento estaba bañándome”, dijo Ramírez, quien había sido reemplazado por Juan Pierre en el jardín izquierdo en el cierre de la novena entrada de ese juego.
Una vez que empezaron las prácticas de los Dodgers, Ramírez nos contactó en el terreno de juego.
“Los periodistas quieren hacer un show con algo que no tiene importancia”, dijo Ramírez.
“Joe [Torre, el manager] me llamó a su oficina para preguntarme sobre lo que dije a los reporteros y le comenté que había dicho que estaba en la ducha cuando Rollins pegó el hit”, relató el jugador.
“Torre sabe que me voy a bañar si ya estoy fuera del juego y me dijo que mientras no me fuera a sentar a las gradas, todo estaba bien”, apuntó Ramírez.
Torre, uno de los pocos managers de Grandes Ligas que no necesita hablar dos veces para hacer entender sus reglas a los jugadores, restó importancia al evento durante su aparición diaria en el salón de conferencias.
“Manny tiene mucha confianza y cuando tenemos una ventaja tarde en el juego, y lo he sacado, ya sea por defensa o porque tenemos una buena ventaja, cuando nos chocamos las manos después del juego, él está en su ropa de calle”, dijo Torre.
“Esto no es realmente algo diferente a lo que ha hecho antes, no pienso que es un irrespeto de algo”, agregó el manager.
“El no va a ningún lado hasta que el juego no acaba y nosotros no podemos volver a usarlo en el juego”, dijo Torre.
Ramírez no es el primer jugador que va a las duchas antes de que concluya el partido, pero es uno de los pocos que lo ha contado a un pelotón de periodistas y ante cámaras y micrófonos de las principales cadenas nacionales.