La Zurdita de Oro merece estar entre las “Viejas Glorias” dominicanas, pero ha sido olvidada
MARTÍN ZAPATA
NUEVA YORK.- La historia del softbol femenino en República Dominicana no se puede escribir sin figuras como María Aracelis Liranzo (La Zurdita de Oro), una de las protagonistas de los años dorados y para muchos la estrella del montículo y de la primera base que sirvió de inspiración para jóvenes, algunas ya no tan jóvenes, que vieron en ella el modelo a seguir.
El 14 de febrero del 1964 en el Play Bebecito del Villar en el municipio vegano Bonao, hoy provincia Monseñor Noel, nace el softbol femenino en la República Dominicana, bajo el nombre profesora Melania Hernández, perteneciente a la escuela primaria e intermedia Pedro Antonio Bobea, quedando organizado un torneo de solo 11 encuentros entre los equipos Rojas y Azules.
En aquel histórico primer partido, que contó con auspicio de la dirección general de educación física escolar y la dirección general de deportes (DGD), resulta ganador el combinado de Rojos, y María Aracelis Liranzo (La Zurdita de Oro), se adjudicó el triunfo, además conectó dos triples y un doble, María Ortega (Yon), cargó con la derrota.
A partir de la fecha comienza el desarrollo de este deporte a nivel femenino en el país, donde el entusiasmo se desbordó por cada rincón a través de los años.
En 1967, se forma la primera selección nacional de este deporte y viaja a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrado en Saint Thomas, donde lograron la medalla de plata, y María Aracelis fue pieza clave del buen papel del equipo dominicano.
María Aracelis Liranzo, ahora de 60 años de edad, quien nació en Bonao, y considerada por muchos una de la jugadora más completa del softbol femenino en República Dominicana, fue apodada por la fanaticada, como “La Zurdita de Oro”.
Liranzo, jugó en el país y la selección nacional del 1964 al 1975, y siempre fue reconocida en aquellos años, como una bateadora de fuerza y consistencia excepcional, contaba además con una extraordinaria destreza para jugar varias posiciones, resaltando especialmente como lanzadora, donde brilló por su capacidad como estilista del box, en la primera base por su estilo peculiar para fildear y en los jardines, especialmente en el center por la fuerza y precisión de su brazo a la hora de tirar a las bases.
Competir, llegar a la meta y subir al podio para reclamar una medalla como premio, es para algunos la esencia misma del deporte. Y para esos deportistas que tienen en la práctica de una disciplina como un complemento de su vida, hay reservada, el galardón al Mejor Deportista Aficionado, que hoy María Aracelis Liranzo (La Zurdita de Oro), no ha recibido de las autoridades deportivas dominicanas, como atleta “Vieja Gloria”.
Sorprendentemente, sigue siendo alguien admirada, y, por desgracia, no por sus habilidades atléticas, prácticamente en el olvido ya que finalmente nunca ha sido reconocida por las autoridades deportivas de su país, tal lo que fue como atleta.
Es hora y tiempo, para que las autoridades deportivas dominicanas, reconozcan la trayectoria de esta mujer ejemplar, que desde hace casi 40 años vive en la ciudad de Nueva York, pero que siempre está pendiente a los acontecimientos que se pasan en su patria chica (República Dominicana), especialmente de los deportes, (el softbol femenino).
Hay que animarse, y hagan justicias, señores del Comité Permanente de las Viejas Glorias Dominicanas y del Ministerio de Deportes y Recreación, y eleven a esta mujer al sitial que merece, al salón de las “Viejas Glorias”.
