A sus 14 años, la toledana lidera el Trofeo Mediterráneo con mano de hierro, bate a chicos tan prometedores como el hijo de Gardner y cuenta con el apoyo de su paisano Bautista y la dirección deportiva de Alzamora
Esta semana, con el regreso de Elena Rosell al Mundial de Moto2, se volverá a hablar mucho de las chicas y las motos. La valenciana intentará de nuevo convertirse en la primera española que compita en un gran premio, pero en un futuro próximo esto será algo rutinario, porque detrás de ella vienen más, María Herrera se llama la última perla del motociclismo español.
La murciana Ana Carrasco va haciendo sus pinitos en el CEV, donde su mejor resultado ha sido el séptimo de Montmeló, pero la toledana de 14 añitos está haciendo mucho ruido al dominar con mano de hierro el Trofeo Mediterráneo de Pre Moto3. Allí bate a proyectos de piloto tan prometedores como el hijo mayor de Gardner y ya sueña con llegar un día al Mundial. Tiene un padrino de alcurnia, Álvaro Bautista, y un tutor deportivo inmejorable, Emilio Alzamora, que no dudó en incluirla en su exitosa estructura, Monlau Competición, de la que salió un tal Marc Márquez.
María es de Oropesa, en Toledo, y la cercanía de su casa con la de la Bautista no es la única razón de su buena relación. “Mi afición a las motos viene por mi padre que, en lo que pudo, ayudó en su momento a Bautista, que ahora me ayuda a mí”.
Fue a través del representante del piloto, Armando Guerrero, como María entró en la órbita de Alzamora, aunque él ya la tenía echado el ojo en la Cuna de Campeones Bancaja, donde empezó a correr con siete años. Lleva la mitad de su vida en las carreras (nació el 26-8-96).
“La primera vez que me subí a una moto tenía seis años, una 50 de campo, y, como me gustaba y se me daba bien, mi padre me apuntó al año siguiente a las pruebas de la Cuna de Campeones, donde me seleccionaron y me becaron. Fui quinta en mi primera carrera y en años siguientes me siguieron seleccionando”, dice esta estudiante de cuarto de ESO sobre sus orígenes, antes de hablar de presente y futuro: “Ahora corro con Monlau Competición y me está yendo muy bien, porque voy líder de Pre Moto3 en el Mediterráneo, ya he ganado dos carreras y le saco 28 puntos al siguiente. Me encantaría poder seguir en este equipo el año que viene y subir al CEV con Alzamora, con la idea de llegar algún día al Mundial”.
El Mundial Eso son palabras mayores, pero los que la conocen dicen que es ambiciosa. Sus intenciones lo demuestran: “Será difícil, pero a base de sacrificio se puede. Lo más complicado de esto es sacar tiempo para entrenar, porque el colegio ocupa muchas horas. Es de chicas y mis compañeras me dicen que estoy loca por correr en moto, pero a mí es lo que me gusta. La sensación de velocidad es incomparable. Ya me he puesto a 230 y no me da miedo”. Irá más rápido aún, porque tiene pinta de que llegará.