Un nuevo estudio realizado en Dinamarca, publicado en American Journal of Clinical Nutrition,
aporta una prueba más que respalda la recomendación de reducir el consumo de bebidas gaseosas y viene a complementar estudios previos existentes sobre los hábitos de consumo de estas bebidas.
La investigación sugiere que los efectos adversos de estas bebidas dulces, van más allá del aumento de peso o de la grasa corporal, al demostrar que beber un litro diario de gaseosa cola común, aumenta la cantidad de grasa en el hígado, los músculos y alrededor de los órganos abdominales.
Estos depósitos grasos son muy peligrosos, pues elevan el riesgo de desarrollar diabetes y enfermedad coronaria.
Como parte de la investigación, se pidió a 47 personas con sobrepeso y obesidad que bebieran todos los días un litro de agua, de leche, de gaseosa “light” o de gaseosa cola común durante seis meses.
Al final del estudio, los bebedores de gaseosa cola común, terminaron con un 25 por ciento más de grasa intrabdominal y el doble de depósitos grasos en el hígado y los músculos, lo cual está asociado a un mayor riesgo de desarrollar síndrome metabólico, diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular y trastornos hepáticos no alcohólicos.
El tipo de grasa que estudió el equipo es la llamada ectópica, que al parecer es más peligrosa para la salud metabólica que la grasa subcutánea (que se acumula debajo de la piel).
La Asociación Estadounidense del Corazón aconseja no beber más de tres latas de gaseosa por semana, mientras que los varones jóvenes suelen consumir dos latas por día, por lo que algunas ciudades y estados de Estados Unidos, han analizado la posibilidad de imponer un impuesto a la venta de bebidas dulces para reducir su consumo.