Cruz pegó seis jonrones en la Serie y fue nombrado JMV
ARLINGTON, Texas, EE.UU. — Háganse a un lado Reggie, Babe y todos aquellos toleteros de octubre. Nadie había tenido nunca un aumento de poder en postemporada como el que el dominicano Nelson Cruz acaba de exhibir en la serie de campeonato de la Liga Americana.
Al conectar el sábado un cuadrangular de dos carreras, Cruz aumentó a seis el total de vuelacercas y 13 carreras impulsadas en la serie –ambas cifras las mejores de las Grandes Ligas para una postemporada. Los números se mantendrán, también, porque los Rangers de Texas vencieron 15-5 a los Tigres de Detroit en el sexto partido para avanzar a la Serie Mundial por segundo año consecutivo.
Cruz fue una elección fácil para ser nombrado el Jugador Más Valioso en la serie de campeonato de la Liga Americana. Se fue de 22-8 con un promedio de bateo de .364, y ninguno de sus imparables fue un sencillo. Sus dos hits que no fueron cuadrangulares, fueron dobletes.
Sólo una vez otro jugador tuvo más batazos extrabase en una serie de postemporada. Hideki Matsui pegó nueve por los Yanquis cuando perdieron ante Boston en la serie de campeonato de la Liga Americana en 2004.
También hay que considerar otras hazañas de Cruz en esta ronda: conectó el primer grand slam de fin de partido en la historia de las postemporadas; se convirtió en el primer jugador con jonrones en extra innings en dos partidos de una serie y además se volvió el rey de los vuelacercas de la franquicia en la postemporada.
El sábado por la noche, los Rangers ya iban en camino a una amplia victoria cuando Cruz envió otro batazo por encima del muro del jardín izquierdo en la séptima entrada. Un estadio lleno de aficionados ansiosos por festejar coreaban “Cruuuuuuz” y él salió del dugout para dar un breve saludo.
Cruz pegó jonrón en cada uno de los triunfos de los Rangers –y de hecho en cada partido excepto el tercero de la serie. También ayudó a Texas a ganar el Juego 4 al sacar al venezolano Miguel Cabrera en el plato en la octava entrada de un partido empatado.
Al llegar a esta serie, Cruz tal vez era el pelotero del que menos se esperaba un desempeño histórico.
Sólo tuvo un miserable sencillo en 15 turnos al bate en una serie de primera ronda contra Tampa Bay. Era el séptimo al bate y se quedó allí a lo largo de esta serie.
Sin embargo, despertó en el Juego 1 y nunca se detuvo, pegando casi todos sus batazos en el momento oportuno.
Su cuadrangular solitario en el primer partido dio a Texas una ventaja de 3-0 en camino a una victoria de 3-2. Empató el segundo encuentro con un jonrón sin corredores en bases en la séptima entrada, fue golpeado en la muñeca por un lanzamiento en la novena, luego conectó el grand slam en la 11ma.
Pegó un jonrón de tres carreras en la 11ma entrada del cuarto partido y desgarró otro lanzamiento de 100 millas por hora de Justin Verlander en el Juego 5, convirtiendo lo que parecía ser una causa perdida en un partido de 7-5 que terminó con la potencial carrera de la ventaja en el plato.
En el cuarto partido, Cruz mostró que también podía lanzar con fuerza.
Detroit tenía la casa llena con un out cuando Cruz atrapó un elevado y lanzó una raya al receptor Mike Napoli. La pelota llegó con mucho tiempo de anticipación para que Napoli se preparara para chocar contra Cabrera para conseguir el out que cerraría la entrada. Cruz mostró grandes cualidades por la forma en que atrapó la pelota, listo para hacer su riflazo.
El dominicano de 31 años ha recompensado a los Rangers por no dejarlo fuera.
En 2008, fue despedido al final del campamento de primavera y fue enviado a la sucursal Triple A. Fue un reto para ver si mostraba el hambre necesaria para obligarlos a ascenderlo de nuevo. Efectivamente lo logró, conectando 37 jonrones con un promedio de bateo de .342 durante 103 partidos.