Michael Phelps participará en el Mundial de Natación en Shanghái entre corrientes turbulentas para mantener su hegemonía. El destacado nadador será el blanco a batir por un elenco de figuras que añoran su trono, en una competencia con la que iniciará una nueva época en las albercas.
El estadounidense es reconocido como el mejor nadador de todos los tiempos. A sus 14 medallas doradas en Juegos Olímpicos –un récord de ocho en Beijing 2008– lo acompañan 22 primeros lugares y cuatro platas en mundiales, desde su irrupción en las justas de Barcelona 2003, cuando tenía 17 años de edad.
Shanghái recibe al llamado Tiburón Blanco, con la expectativa de saber cuántos oros puede añadir a su colección, pues tiene en su agenda seis finales.
Entre los 2,200 deportistas que competirán, provenientes de 181 naciones, corre el miedo de consumir algún alimento contaminado con clembuterol, por lo que las medidas precautorias han sido reforzadas al límite de que habrá delegaciones que llevarán todas sus provisiones durante su estancia en el gigante asiático.
En lo deportivo, tras un festín inagotable de récords mundiales que se establecieron hasta 2009 con los trajes de baño de alta tecnología, para el Mundial de Shanghái se esperan escasos fuegos artificiales en nuevas marcas luego que a partir de 2010 se regresó a los bañadores de tela, por reglamento.
La explosión de récords alcanzó su punto más alto en Roma 2009, donde sesión tras sesión los libros de registros se reescribieron sin discriminación.
En las pruebas romanas se establecieron 43 nuevos récords, en una batalla que salió de la alberca y en la que las principales firmas diseñadoras lucharon por desarrollar los más sofisticados y utilitarios aditamentos, fabricados con elementos resistentes al agua y que daban un apoyo extra al rendimiento de los atletas.
La ebullición de marcas fue tan grande como su caída. Entre 2008 y 2009 se hicieron 121 récords con los bañadores especiales para que un año después sólo se batieran tres en curso corto.
Sin la tecnología de punta como otro pilar para las figuras, emergen a la par de Phelps nombres que buscan consagrarse como los mejores. El Tiburón tendrá en su amigo y compañero en relevos, Ryan Lochte, a uno de sus principales rivales en la prueba combinada de 200 metros.
Lochte fue el único nadador que batió marcas individuales en 2010 y le arrancó a Phelps la corona como el mejor nadador del año. Su fuerza podría encumbrarlo como el máximo ganador de metales al tener proyectadas también seis finales.
Otro estadounidense, Tyler Clary, quien ha nadado a la sombra de la leyenda, buscará las coronas del Tiburón en los 100 y 200 metros mariposa, mientras que en relevos, Francia se erige como la amenaza al dominio norteamericano, con una constelación de jóvenes que dominaron los europeos de 2010, liderados por el joven de 19 años Yannick Agnel.
De Asia emerge con fuerza el surcoreano Taehwan Park para disputar los oros en las competencias libres de 100, 200 y 400 metros. A sus 21 años, este nadador ya presume triunfos sobre Phelps, como el que consiguió hace unas semanas en California, en los 100 metros.
Entre las mujeres, la italiana Federica Pellegrini defenderá sus reinos en los 200 y 400 metros libres con el peligro de que la generación de chinas encabezadas por Pang Jiaying tomen por asalto el dominio de las albercas.
Con la cuenta regresiva rumbo a los Olímpicos de Londres 2012, los Mundiales serán un termómetro que arrojará proyecciones para marcar favoritos y ver si el reino de una década de Phelps tiene sustentos para mantenerse en pie.