Eduardo y Tany Pérez juntos de nuevo, ahora en Marlins
MIAMI – Los Pérez llevan el béisbol en la sangre.
Es el deporte en que se crió el boricua Eduardo Pérez, cerca de su padre, el Salón de la Fama cubano Atanasio “Tany” Pérez.
“Uno nace con eso y está en tu alrededor. Es básicamente tu segundo hogar”, dijo Eduardo. “Para mí, estar en el estadio es como estar en casa. Siempre ha sido así para mí, primero como pelotero de Grandes Ligas y ahora como coach.”
Tany se dio cuenta de que el béisbol estaba en el futuro de su hijo cuando éste cumplió los 13 años y se sentó con su papá a hablar de estrategia beisbolera.
En vez de ver los juegos de pequeñas ligas de Eduardo desde las gradas, Tany se sentaba y su carro y los veía desde cierta distancia. Quería que Eduardo fuera dirigido por el manager y que no hubiera presión extra de la familia.
“No quería ver que el muchacho fuera presionado para hacer algo”, dijo Tany. “Tienen que elegir lo que quieren cuando están grandes.”
Eduardo sabía lo que era estar cerca del béisbol y sus estadios debido a su papá, y quería la misma carrera.
“Eso es algo en que siempre se portó bien mi papá. Nunca me puso presión para ser profesional en esto ni aquello”, dijo Eduardo. “Fue algo que yo elegí.”
Lo único que sí le impuso Tany a Eduardo fue que el más joven asistiera a la universidad en vez de firmar al salir de la escuela secundaria en Puerto Rico. Eduardo estudió en la Universidad Estatal de la Florida (Florida State).
“Lo admiro por eso y se lo agradezco de verdad”, dijo Eduardo acerca de Tany. “El resto siempre se ha tratado de motivación en lo que fuera mi vocación.”
Después de tres años en el programa de béisbol de los Seminoles, Eduardo por fin estaba listo para el draft amateur. Pero fue un poco difícil cuando escuchó que los buscatalentos vivían comparándolo con su padre.
Ahí es que Tany le dio un consejo a sus hijos, Eduardo y Víctor.
“Le dije, ‘Tú eres Eduardo Pérez. Nunca trates de ser como yo. Sé tú mismo'”, contó Tany. “Nadie te quiere obligar a ser como yo.”
Y eso es exactamente lo que hizo Eduardo.
Firmó con los Angelinos como la 17ma selección global del draft de 1991. Jugó a nivel de Grandes Ligas con el equipo de Anaheim, Rojos, Cardenales, Rays, Indios y Marineros en el transcurso de 13 temporadas.
Un equipo con el que siempre quiso jugar fue Marlins, debido a la relación de su padre con la organización.
Según Tany, Eduardo “siempre estuvo en mi esquina dondquiera que estuviera.”
Tany ha formado parte de la organización para cada una de sus 19 temporadas de existencia-empezando como asistente especial del gerente general-y hasta fue manager del equipo en el 2001. Desde entonces, el cubano ha sido asistente especial del presidente.
Entonces, el 8 de junio se cumplió el deseo de Eduardo cuando decidió dejar el set de televisión de ESPN como analista y convertirse en coach de bateo de los Marlins.
“Es buenísimo tener a mi hijo aquí conmigo en un mismo equipo”, dijo Tany. “Sabía que él quería estar en el terreno, pero nunca pensé que tendría una oportunidad aquí. Las cosas pasan y estoy contento…y más mi esposa.”
Eduardo, ahora con 41 años, prefiere estar en el terreno por encima de un estudio de televisión. También ve su rol actual como algo más “natural para poder hacer yo.”
“El poder ver a mi papá, en esta etapa de nuestras vidas, y tener la oportunidad de estar con los Marlins, pues es una gran oportunidad para compartir esto con él”, expresó Eduardo. “Significa mucho.”
Aunque ésta es la primera experiencia de Eduardo como instructor a nivel de Grandes Ligas, ya tenía un currículum en la cueva. Dirigió a los Leones de Ponce en el invierno del 2008-09 y fue Manager del Año. También fue capataz y gerente general de la selección puertorriqueña para el Clásico Mundial.
Su padre sabe que hará un buen trabajo con los Marlins, ayudándoles a mejorar al bate.
“Él hará su trabajo. Conoce el juego y sabe de bateo y ayudará a esos muchachos”, dijo Tany. “Aquí, ahora mismo, él y yo hablamos nada más. No trato de hacer su trabajo. Si me pregunta algo le diré. Pero dejo que él lo haga. Dejaré que aprenda y que haga su trabajo. Caerá bien porque sabe lo que hace.”