La Ceremonia de Apertura de los Juegos de invierno de Vancouver 2010 se centró en un homenaje a las tribus aborígenes de Canadá y estuvo dedicada al piloto de luge georgiano Nodar Kumaritashvili, que murió horas antes mientras se entrenaba para cumplir su sueño de ser olímpico.
Los Juegos de Vancouver, que al menos durante algo más de tres horas trataron de encontrar motivos de júbilo en una trágica jornada, arrancaron hoy con una ceremonia, dedicada al malogrado atleta georgiano y presidida por la gobernadora general de Canadá, Michaelle Jean, que ejerce como jefa de Estado canadiense en representación de la Reina de Inglaterra; el presidente del COI, el belga Jacques Rogge, y los cuatro jefes de las tribus indígenas de la Columbia Británica, en cuyo territorio se disputarán las competiciones, y que tuvieron el estatus de jefes de Estado por primera vez en la historia de los JJOO.
La ceremonia arrancó con la espectacular irrupción de un ”snowboarder” que dio la bienvenida a los asistentes al espectacular pabellón cubierto BC Place, con capacidad para 60.000 espectadores.
Tras sonar el ”God Save The Queen”, himno del Reino Unido y de la Commonwealth, se izó la bandera nacional de Canadá, portada hasta el mástil por nueve agentes de la Policía Montada, y la joven cantante Nikki Yanofsky, de 16 años, interpretó el himno canadiense, que dio paso a un homenaje a las cuatro primeras naciones aborígenes que poblaron el actual territorio nacional: Lil”wat, Musquean, Squamish y Tsleil-Waututh.
Enseguida llegó el desfile de los atletas, como siempre liderado por el equipo de Grecia, cuna de los Juegos Olímpicos y país que en 1896 albergó los primeros Juegos de la Era Moderna, y cerrado por el del país anfitrión, en este caso Canadá.
En orden alfabético desfilaron las demás selecciones. Algunos deportistas lucieron brazaletes negros en señal de duelo por la muerte de Nodar Kumaritashvili, que perdió la vida horas antes en un terrorífico accidente mientras se entrenaba en la pista de Whistler para competir en la modalidad de luge (trineo) individual.
Uno de los momentos más emocionantes del desfile llegó cuando le tocó el turno al equipo georgiano, liderado por Gia Natsvlishvili, presidente del comité olímpico nacional, y cuyo abanderado fue el esquiador alpino Iason Abramashvili. Todos los presentes se levantaron para dedicarle la más cálida de las ovaciones.
La snowboarder Queralt Castellet, la principal baza de medalla en Vancouver, fue la abanderada del equipo nacional español.
Los atletas canadienses, por su condición de anfitriones, cerraron la parada de los deportistas, que dio paso a la actuación musical de dos de los cantantes canadienses más conocidos internacionalmente, Bryan Adams y Nelly Furtado, que interpretaron juntos la canción ”Bang the Drum”, y de Jim Vallance, productor y compositor muy famoso en su país.
La voz del veterano actor canadiense Donald Sutherland dio paso a un espectáculo de luz y sonido que ensalzaba el patrimonio natural canadiense y durante el que también actuaron otros artistas nacidos en este país: Loreena McKenitt, Sarah McLachlan, Ashley MacIsaac, Joni Mitchell, Shane Koyzcan, K.D. Lang, Measha Brueggergosman y Garou.
Tras los discursos de John Furlong, presidente del comité organizador (VANOC), y Jacques Rogge, la gobernadora general de Canadá, Michaelle Jean, declaró inaugurados los Juegos.
La bandera olímpica accedió al estadio portada por seis ilustres canadienses: el mencionado Donald Sutherland, Bobby Orr, leyenda del hockey sobre hielo canadiense; la cantante Anne Murray, el piloto Jacques Villeneuve, campeón mundial de Fórmula Uno y de las 500 Millas de Indianápolis; Betty Fox, madre del activista de la lucha contra el cáncer Terry Fox; Barbara Ann Scott-King, campeona olímpica de patinaje artística en 1948; el senador Romeo Dallaire, observador de Naciones Unidas en los conflictos de Uganda y Ruanda en 1993; y la astronauta Julie Payette.
Tras guardarse un minuto de silencio en memoria de Nodar Kumaritashvili, los encargados de hacer el Juramento Olímpico fueron: la jugadora de hockey Hayley Wickenheiser, por parte de los deportistas, y Michel Verrault (patinaje de velocidad), por la de los jueces y árbitros.
La incógnita de saber quién sería el encargado de hacer el último relevo de la antorcha olímpica y de encender el pebetero se disipó cuando en el colofón de la ceremonia. Lo hicieron conjuntamente la ex esquiadora Nancy Greene, que destacó en los años sesenta; el baloncestista Steve Nash, dos veces nombrado jugador más valioso de la NBA; y el ex jugador de hockey Wayne Gretzky, considerado el mejor jugador de la historia.
El original pebetero iba a estar formado por cuatro pilares entrelazados y uno central, pero uno de ellos no pudo desplegarse, por lo que dos de los cinco últimos relevistas no pudieron encenderlo: Rick Hansen, multimedallista paralímpico que iba encender el ramal central; y Catriona LeMay Doan, doble campeona olímpica de patinaje de velocidad en 1998 y 2002, y encargada de prender el que no pudo salir.
Acto seguido fue Gretzky quien, fuera del estadio, encendió un pebetero situado en el puerto, idéntico al del estadio, pero con los cuatro brazos, y que será que el esté iluminado hasta el 28 de febrero.